Y eso es, precisamente, lo que ocurre con las modas de los tatuajes -“tattoos”-; la moda de los “piercings”, insertados incluso en los rincones más insospechados de la anatomía; las modas más diversas en el vestir; así como las tendencias de los peinados, con unos cortes y unos tintes de pelo casi inverosímiles y prácticamente inimaginables hace tan solo pocas décadas.
Las modas de ahora ya no están definidas y limitadas por las temporadas, el único límite actual es el gusto personal o la tribu urbana en la que cada uno pretende ubicarse. Las dos chicas de la foto sirven de ejemplo. Ellas pasean distendidas y sin ningún tipo de complejo, ajenas a las miradas de los demás transeúntes, a pesar de sus cabellos teñidos con unos colores fuertes, intensos, irreales, unos colores que dan una pincelada de cromatismo y alegría a la tristeza cotidiana.