Además, los animales de compañía son fieles y generosos sin pedir nada a cambio, virtudes muy difíciles de encontrar entre nosotros, los humanos. Así es, que podemos observar por las calles a personas paseando sus perros, sus gatos, sus pájaros, e incluso hurones. El hombre de la fotografía, por ejemplo, camina decidido y tranquilo por las calles de la ciudad en compañía de un amigo, una compañía agradable, sin duda, pero la carga del gato que transporta sobre los hombros será, por lo menos, igual de gratificante.