Esta imagen es habitual en el verano de Vigo. Incluso es frecuente en los días soleados de invierno. Se trata del balcón del mirador del Paseo de Alfonso XII, a donde acuden forasteros y nativos para contemplar la ría, las islas Cíes, y unas puestas de sol que nada tienen que envidiar a las más famosas.
Lo que resulta inconcebible es que el resto del mirador, una de las zonas más turísticas de la ciudad de Vigo, permanezca vallado e inaccesible desde hace años sin que el Concello ponga remedio.