La alegría va por barrios. El programa festero registra la distribución de premios a los alumnos más destacados de las escuelas públicas, concediéndose matrículas gratuitas en clase de dibujo del Liceo de Vigo a los dos primeros clasificados; comidas extraordinarias a los asilados de la Casa de la Caridad y presos de la cárcel, así como distribución de limosnas a los menesterosos de la población.
A las ocho de la noche, en el Tamberlick, da comienzo el Certamen Literario organizado por el Recreo Artístico, que fue uno de los más importantes de cuantos en Vigo han tenido lugar. Actuó de mantenedor el gran tribuno don Emilio Castelar. Ya puede suponerse cómo rebosaría el coliseo, de un público expectante, deseoso de escuchar el verbo fluido, rotundo y cálido de aquel singular orador, cuyos discursos políticos las gentes sabían de memoria.
Naturalmente, los ímpetus tribunicios de Castelar hubieron de atemperarse al tema estrictamente literario de su disertación; pero como también era artista, su oración fue una pieza magistral, glosando las juntas políticas de la antigüedad, la eterna vigencia de la belleza y del amor, la supremacía del quehacer espiritual. El éxito del certamen fue grande, con amplias resonancias en los círculos intelectuales de la región. Imposible sería recoger en esta breve nota un extracto de los comentarios de Prensa en torno al acontecimiento cultural. Queda para otra ocasión.
Obtuvo la flor natural y rosa de oro y plata la composición poética titulada “Numancia”, de D. José Mª Ortega Morejón, que aquel mismo año editó, en pulcro folleto, el Establecimiento Tipográfico de Lema e Hijos, situado entonces en Príncipe, 21. Merecieron otros premios Benito Losada, de Santiago y Manuel Martínez González y Nicolás Taboado Fernández, de Vigo.
8 de agosto de 1883. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).