Dan comienzo las extraordinarias “funciones cívico-religiosas” que este año dedica la ciudad al Santísimo Cristo de la Victoria o de la Sal, a la Patrona Nuestra Señora de la Asunción y a la conmemoración de la Reconquista. El programa señala para este día, además del consabido desfile de bandas musicales, gigantones y enanos, la apertura de la Exposición pública de objetos donados por el vecindario, para socorrer a los menesterosos, que serían rifados en un kiosko levantado en el relleno.
Y, puesto que entonces la luz nocturna era una fiesta, no podía faltar el capítulo luminoso: “A las nueve de la noche se iluminarán los edificios públicos y particulares”. La iluminación, ya se sabe, era de gas, cuando no “a la veneciana”. Pero tenga el lector paciencia, que dentro de 24 horas podrá asistir, aunque ya sólo sea con la iluminación, a un espectáculo estupendo. Mañana será otro día.
4 de agosto de 1883. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).