La conexión actual entre España y Portugal resulta muy fluida con la puesta en marcha del espacio Schengen, creado en 1985 y puesto en marcha en 1995. El espacio Schengen permite que la ciudadanía de los países anexionados pueden circular libremente por toda Europa. Sin embargo, las cosas no fueron siempre así.
Antes de 1995 existía un puesto fronterizo a ambos lados del puente de Tui: una frontera en el lado portugués, y otra en el lado español. Era preciso ir provisto de pasaporte y el transporte de artículos como ropa, enseres para casa, o simples productos como el café o el vino de Oporto, eran motivo de aranceles, en el caso de declararlos, o de multas, si la policía fronteriza los detectaba en los registros que llevaban a cabo. En Galicia se hablaba entonces de estraperlo, lo que viene a ser realmente contrabando. Algunas personas llegaron a amasar grandes cantidades de dinero con aquel estraperlo, un tema sobre el que existen numerosas anécdotas.
En los años sesenta del pasado siglo, en la época del seiscientos, ir de Vigo a Portugal era una gran aventura, por el tiempo que llevaba el viaje y por las circunstancias de viajar al extranjero, algo que tomaba más relevancia con la existencia de la frontera. En la actualidad, aquellos puestos fronterizos aún existen, pero están prácticamente abandonados. Además, la existencia de una cómoda y rápida autovía con un nuevo puente inaugurado en 1995, el llamado Puente Internacional, evitan pasar por aquel puente entre Tui y Valença que se observan en la fotografía y que diseñó en su día el ingeniero Pelayo Mancebo y Ágreda, a pesar de que muchas personas lo siguen adjudicando, erróneamente, a Gustave Eifell.