José Ramón Curbera Puig realizó, al igual que su padre, numerosos viajes transatlánticos entre Vigo y La Habana, como capitán del bergantín «Nuevo Feliz», transportando emigrantes (que iban a probar suerte en nuestra Perla de las Antillas) y comerciando con productos coloniales.
Cuando abandona la actividad como capitán de barco decide establecerse en Vigo como comerciante mayorista de productos alimenticios. Fue propietario también de la primera fábrica de papel continuo en Vigo que había sido creada por Antonio López de Neira.
En 1892 cuando ya contaba 62 años, la empresa conservera de sus hermanos Víctor y Agustín suspende pagos. José Ramón quiere evitar la via judicial y llega a un acuerdo con sus acreedores, para pagar las deudas y al mismo tiempo quedarse con la empresa familiar que con el tiempo será una próspera compañía. La conservera José R. Curbera fue una de las de mayor producción a comienzos del siglo XX y de las de mayor tasa exportadora.
Durante la breve I República Curbera Puig ostentó el cargo de Teniente de Alcalde de nuestra ciudad, siendo alcalde Primitivo Blein. José Ramón Curbera en política defendía la democracia, la república y el federalismo. Fue miembro del Comité Progresista Democrático de Vigo.
Apoyó campañas como la de supresión de fielatos (un tipo de aduanas internas), el estanco de la sal y luchó por la aplicación de la ley de admisión de hoja de lata que tanto demandaban las empresas conserveras.
Fue uno de los fundadores del Banco de Vigo y de la Cámara de Comercio en la cual desempeñó el cargo de vicepresidente primero y presidente después, teniendo en su junta directiva a José de la Gándara Sestelo (vicepresidente), Camilo Molins Pascual (contador), Fernando José Pérez Villelga (tesorero) y Joaquín Pérez Boullosa (secretario general).
Guillermo Curbera Tapias
Guillermo Curbera Tapias, hijo de Francisco y sobrino de José Ramón, fue un importante armador local que se establecería como conservero, teniendo fábricas en Sanxenxo y en la playa viguesa de Canido, asociado a miembros de la Consignataria Conde y del ingeniero militar Félix Casuso Olano.
Guillermo Curbera tambien tendrá un papel protagonista en la fundación de La Metalúrgica y de la Empresa de Abastecimiento de Aguas de Vigo. Guillermo Curbera fallece prematuramente en 1908 dejando viuda y diez hijos menores de edad. La sociedad pasaría a llamarse Guillermo Curbera Hijos, que permanecería abierta hasta 1982.
La 4ª generación
José Curbera Fernández (a la izquierda) se hizo con la gestión de la empresa familiar en 1897 y se propuso dos objetivos, reconstruir la red comercial de la empresa con representantes estables y la especialización mediante la fabricación de partidas de sardina en aceite con destino a la exportación.
La estrategia empresarial funciona y la sociedad mejora costes de producción y amplía beneficios con lo que adquieren una segunda fábrica en Bueu. Con Guixar y Bueu la empresa es capaz de producir anualmente 3.500.000 latas, lo que le lleva a los primeros lugares de las empresas productoras.
José Curbera Fernández “el Hércules de los velódromos”
Nos dice Xerardo González Martín en su libro «120 anos de ciclismo galego» que José Ramón Curbera Puig llevaba un cuaderno donde anotaba todas las incidencias familiares dignas de reseñar. El 7 de octubre de 1870 escribió: «A las diez y media de la mañana, nació un niño que se bautizó hoy 14 de octubre con el nombre de José Agustin Severiano. Su madre era Epifania Fernandez y Conde, de Santa Cristina de la Ramallosa».
Aquel niño enseguida se aficionaría al biciclo y a la bicicleta. Fue uno de los participantes en la primera prueba pública que se celebraria en Vigo en 1887.
Años más tarde consignaría en su diario anotaciones de su actividad deportiva: Hasta el 22 de abril de 1890 he recorrido desde el 1º de enero de 1888: en velocípedo, 2.054 kms., en bicicleta, 832 kms. A pie por carreteras y montes, según varias relaciones aquí escritas, un total de 3.332 kms.
(A la derecha, José Curbera, según José Cao).
El 29 de agosto de 1896, José Curbera Fernández corría en el velódromo vigués (a la altura de la Alameda de hoy) una prueba de 100 kilómetros en un tiempo excepcional: 3 horas, 20 minutos y 3/5 de segundo. Conseguir este record era la ilusión de su vida, para el que estuvo preparándose durante cinco años. La marca obtenida le fue reconocida por la Sociedad de Velocipedistas de Madrid y se publicó en la revista profesional «El Velocípedo».
Nueva fábrica
La empresa estaba fabricando en las fábricas de Guixar y Bueu, antiguas instalaciones de salazón que habian sido adaptadas para la fabricación de conservas. José Curbera entiende que debe contar con unas instalaciones modernas si quiere seguir compitiendo y encarga un proyecto de una nueva planta en el barrio del Arenal. La nueva fábrica se inaugura en 1906 y va a contar con la maquinaria más moderna y la tecnología más avanzada de la época. Esto permite cerrar la planta de Bueu al año siguiente.
Fábrica Curbera en Aldán (Cangas).
Durante estos años la firma José R. Curbera va a conseguir unos grandes resultados empresariales gracias, por una parte a la mecanización avanzada de la nueva fábrica, y también al aumento de la tasa exportadora conseguido por el buen momento financiero de los países hispanoamericanos.
José Curbera Fernández comprobó el buen estado de la tesorería y decidió invertir en otros negocios además del propio. El destino de sus inversiónes fueron la fábrica de papel continuo La Cristina situada en Lavadores, la compra del Hotel Continental, el Banco de Vigo y la aseguradora La Alborada.
Banco de Vigo
Cuando José Curbera Puig presidía la Cámara de Comercio, su directiva aprobó la creación de una entidad financiera, el Banco de Vigo, con absoluta vocación industrial.
Antiguo Banco de Vigo.
Entre los socios fundadores estarían los grandes apellidos de la industria viguesa, como Fernando Conde Domínguez, Estanislao Durán, Esperanza Massó Ferrer o Tomás Mirambell.
El nuevo banco se constituyó el 24 de mayo de 1900 con un capital social de 5.000.000 de pesetas repartido en 10.000 acciones. La entidad sería presidida por José R. Curbera Puig y su sede se establecería en un edificio anexo al edificio Rubira.
Los primeros objetivos del banco serían conseguir para la ciudad la concesión de un sistema de transporte mediante tranvías eléctricos con una posible conexión con el Valle Miñor, acudir al concurso para una red de abastecimiento de aguas potables de la ciudad y la ampliación del servicio de la red telefónica. El 25 de marzo de 1924 celebró su última junta general de accionistas.
A mediados de enero de ese mismo año se produjo un pánico bancario y los clientes empezaron a retirar sus efectivos. El dia 19 de enero se suspendieron las operaciones y el dia 20 la entidad comunicaba al juzgado el cese de la actividad bancaria. Su magnífica sede en la esquina de las calles Colón y Policarpo Sanz fue subastada. Hoy es la sede del Banco Pastor.
Aseguradora La Alborada
Se constituyó con respaldo del Banco de Vigo en 1901 con un capital de 4.000.000 de pesetas. En sus primeros siete meses de vida, la sociedad llegó a tramitar casi 8.000 pólizas, llegando a asegurar a más de 3.000 barcos.
La Alborada desapareció a causa de la crisis de la postguerra de 1918. La aseguradora viguesa traspasó su cartera de clientes a la empresa La Catalana de Barcelona.
Unión de Fabricantes de Conservas
José Curbera Fernández era nombrado presidente de la Unión en diciembre de 1927, con Juan Ribas Barreras de vicepresidente, José Dotras de secretario, Segismundo García en la vicesecretaria, Rodrigo Alonso Jiménez-Cuenca, como contador-tesorero, y Gaspar Massó y Francisco F. Cervera como vocales.
En 1929 en reconocimiento a su trabajo los asociados le ofrecen un homenaje, ya que su trabajo al frente de la misma había sido importante por haber conseguido la importación temporal de hojalata y de aceite de cacahuete, que era usado como un protector frente a las subidas de precio del aceite de oliva. Ocupó la presidencia hasta 1933, año que abandonó el cargo por decisión propia.
Red de Abastecimiento de Aguas
El alcalde de Vigo Prudencio Nandín en diciembre de 1900 se dirigió al ministro de Gobernación para poder sacar a concurso el proyecto de red de abastecimiento de aguas para la ciudad.
El concurso lo ganó la oferta hecha por el Banco de Vigo de 1.500.000 pesetas de capital de la nueva sociedad. En el consejo de administración de la misma se encontraba José R. Curbera Puig. El servicio comenzó a prestarse en junio de 1905.
En 1914 el agua de la traída transmitió una infección de tifus que se cobró varias víctimas y en 1925 el ayuntamiento municipalizó el servicio debido a la insuficiencia de capital necesario para mejorar el mismo. El ayuntamiento pagó a la empresa de aguas 2.250.000 pesetas para quedarse con el servicio.
Club de Campo
José Curbera Fernandez fue un auténtico sportman como se decía entonces y además fue promotor de distintas disciplinas deportivas en Vigo.
Fue nombrado presidente del Vigo Sporting Club en 1913. El club promocionaba deportes como el futbol, tenis, naútica, tiro y automovilismo. Durante la presidencia de Curbera el club consiguió el título de “real” que otorgaba el Rey Alfonso XIII.
También fue uno de los fundadores del Club de Campo y su primer presidente en 1934. José Curbera consiguió la finca Vista Alegre, propiedad de la familia Oya para construir sus instalaciones en la calle Garcia Barbón.
El Club de Campo promocionó deportes como el tenis, hochey sobre hierba y la hípica en sus instalaciones de Vista Alegre, una preciosa finca con fantásticas vistas sobre la ría.
La sede del club era un magnífico edificio rodeado de rosaledas, palmeras y abetos. Muy pronto construyó la primera pista de tenis de arcilla en la que todos los años se celebraba el torneo anual del club que ha llegado hasta nuestros dias.
El club también fue muy importante en la promoción del hockey-hierba femenino, celebrando en sus instalaciones un campeonato de España. En sus instalaciones también se celebró el Concurso Hípico que cuenta en nuestra ciudad con una gran tradición.
José Curbera contra Ángel Urzáiz
En las elecciones a diputados de febrero de 1918, José Curbera Fernández presentó su candidatura como independiente para competir con Ángel Urzáiz que representaba a Vigo desde 1881.
La campaña de Curbera se basó en grandes medios ya que en toda la ciudad se vieron pancartas y cartelones con su nombre. En el recuento Ángel Urzáiz tuvo alrededor de cinco mil votos y José Curbera 1941.
En 1922 José Curbera era elegido concejal en las listas de la Liga de Defensores de Vigo. Durante su estancia en el Ayuntamiento presentó una moción para abolir la pena de muerte.
La Gran Guerra
Como hemos visto en otros capítulos en 1914 estalla la I Guerra Mundial en la que España posee estatus de país neutral. Esta circunstancia permitió a la firma Curbera poder vender sus conservas a ambos bandos contendientes, al igual que otras muchas conserveras gallegas.
La limitación durante la guerra vino del cupo de importación de hojalata que Inglaterra moderaba a los paises neutrales. Sin embargo con la contienda los precios de las conservas experimentaron una fuerte subida por lo que los beneficios también se incrementaron.
A estas alturas de 1916 Curbera poseía tres plantas, con la gran fábrica de Vigo, la de Aldán incorporada en 1911 y la de Alcabre en 1916. Pero en 1918 fallece José Ramón Curbera Puig por lo que hay que constituir una nueva sociedad. El 50% corresponderá a la viuda y el otro 50% se repartirá entre los cuatro hijos, José, Julio, Amalia y Epifanía.
En 1923 José Curbera Fernandez se hace con la mayoría del capital de la sociedad lo que le dará la libertad para gestionar la empresa de forma más personal.
Su política de empresa se va a basar en la del crecimiento del negocio, que se hará a través de políticas de integración vertical, como la creación de una serrería mecánica, una fábrica de llaves de latas y la ampliación del taller de laterío.
Otra iniciativa importante va a ser la de la fábrica de desestañado de recortes y latas usadas, rentable debido a los altos precios del estaño en aquellos años. Se ubicará en las instalaciones de La Cristina, la fábrica de papel de Lavadores que ya había dejado de ser operativa.
Una tercera vía explorada por José Curbera fue la actividad armadora. Comenzaron con la compra de dos vapores de pesca en 1915 y a finales de 1921 la sociedad ya poseía 7 vapores distribuidos por Galicia, Cantábrico y norte de Africa. En la Riouxa la empresa contaba con un pequeño astillero para reparación y construcción de vapores.
Inversiones en Andalucía
José Curbera estaba preocupado por el monocultivo de la sardina y cree que debe diversificar su producción. Por ello pone sus ojos en Andalucía para encontrar proveedores de atún y decide en 1923 arrendar por una cantidad considerable la almadraba de Punta de la Isla en Sancti Petri en la provincia de Cádiz, que sería la cabeza de playa para el futuro desembarco de la firma Curbera en Andalucía.
Grabado de una antigua almadraba en Cádiz.
Las iniciativas en el sur no se quedan ahí, ya que también opta por adquirir una antigua fábrica de salazón en Ayamonte a finales de 1924. En esta planta al año siguiente se va a procesar la sardina capturada en la costa onubense y el atún de la almadraba gaditana.
La singladura andaluza comenzó con grandes resultados pero pronto la tendencia cambió y la firma Curbera se encontró con importantes problemas.
Por un lado la sardina onubense comenzó a escasear y por otra parte el problema vino por los propietarios de almadrabas que se organizaron en 1928 en el Consorcio Nacional Almadrabero.
El comité estaba apoyado por Ramón de Carranza, conde de Barbate. José Curbera se enfrentó con él por no estar de acuerdo con esta iniciativa corporativista contraria a la libertad de mercado. Curbera acabó por cansarse de tantas presiones locales y en 1929 vendió la almadraba por un buen precio. La aventura andaluza había finalizado.
A mitad de los años 30 Curbera contaba con fábricas en Cabo de Cruz (adquirida cinco años antes), dos en Vigo, en el Arenal y en Alcabre y la cuarta en Aldán.
Fallece José Curbera
José Curbera Fernandez fallecería en plena guerra civil, concretamente en 1937, de un ataque al corazón, al saber que dos grandes colaboradores suyos habían sido asesinados y abandonados sus cuerpos cerca de su vivienda.
La empresa a la muerte de José Curbera sería gestionada provisionalmente por su sobrino Javier Sensat Curbera, fundador de la empresa M.A.R. La sociedad se constituiría en 1940 como José R. Curbera y Sucesores, S.L. con el capital repartido entre la viuda Fermina Alonso Lamberti y sus hijos José, Leopoldo, Margarita y Fermina.
Al frente de la empresa se pondrá el primogénito José Curbera Alonso y lo hará con éxito, ya que en los años 40 obtiene beneficios gracias a sus fábricas y a sus buques de pesca recuperados al final de la guerra civil. El nuevo régimen iba a ser absolutamente intervencionista en materia económica, y la fabricación de conservas en esta época iba a ser muy complicada a causa de los cupos de aceite y de hojalata.
En 1952 la compañía pasa de sociedad limitada a sociedad anónima y decide desprenderse de la flota pesquera, y con el capital obtenido invertirlo en la conservera diversificando la producción.
Así obtuvieron la concesión de bateas en la Riouxa y Aldán. Adquieren una fábrica en Málaga y otra en Santoña que no tendrían demasiado éxito. En América, en Valparaíso y Mar del Plata establecen fábricas propias con parecido resultado.
El principio del fin
Los años 60 se van a caracterizar por la subida de precios de sardina y bonito y lo más importante, de los costes laborales. En 1967 entró en vigor un decreto mediante el cual se regulaba el precio de las conservas, entre otros muchos productos, con objeto de contener los indices de la inflación.
Esto produjo la reducción de los márgenes del sector lo que puso en peligro la viabilidad de las empresas. La fábrica del Arenal irá disminuyendo su producción hasta su cierre en 1970. En 1972 Curbera trabajaba en las plantas de Cabo de Cruz y Aldán con 90 y 160 empleados respectivamente.
Fábrica en Canido (Vigo).
Durante los años 70 la firma Curbera enfocó su producción por los establecimientos de hostelería con sucesivas ampliaciones de capital. Pero en 1973 se produce la crisis mundial del petróleo que va a ser letal para muchas empresas.
En 1980 fallece la matriarca de la familia Fermina Alonso Lamberti y tres años más tarde fallece también su hijo José, que estaba al frente de la empresa como representante de la quinta generación. En la empresa ya estaba la sexta generación con José Curbera Conde a la cabeza.
El capital de la empresa está ahora repartido entre cuatro ramas familiares y sin un liderazgo claro. La empresa no pudo con semejantes dificultades y en 1991 presentó expediente de suspensión de pagos, lo que suponía el final de una gran conservera viguesa.
Edificio Curbera
El promotor fue José Curbera y fue construido en 1939 bajo proyecto del arquitecto Francisco Castro Represas en la calle García Barbón 30. La década de los años 30 se caracterizó por la construcción de rascacielos y el edificio Curbera fue la aportación viguesa a ese movimiento.
El edificio consta de 12 plantas, con 6 de ellas dedicadas a vivienda y 6 destinadas a oficinas. Posee una poderosa fachada principal con una gran simetría y balcones acabados en curva. Su ornamentación es ligera salvo en el portal y vestíbulo.
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