En su nueva etapa ha ganado la aceptación de quienes la visitan y se ha convertido en un lugar de cita habitual. Tiene fama de servir una de las mejores cervezas de la ciudad y de tener, también, unos pinchos que hacen las delicias de quienes los prueban. Casi resulta imposible encontrar vacío el local y la fotografía, tomada al poco rato de abrir al público, da buena cuenta de ello. Al poco rato se llena de un ambiente excelente y animado que incluso acaba invadiendo la calle, dando una imagen de sana diversión y alegría en una de las mejores zonas de la ciudad. La próxima vez, en La Mina.