La luz amarillenta del atardecer invernal, acompañada de una débil bruma, parece más propia de la imaginación que de la realidad. Al fondo de la imagen se observan las Islas Cíes y un barco fondeado en sus proximidades al amparo de los rigores del tiempo, en los últimos días de final de año. La playa viguesa, que se llena completamente en los meses estivales con nativos y foráneos de las poblaciones cercanas, se presenta ahora casi vacía. Algunas personas aprovechan esta soledad para pasear por la arena de la orilla acompañados por el susurro de las olas.