Un lector nos apunta un importante desperfecto de la estatua de José Elduayen, instalada en los jardines de Montero Ríos, en la ciudad de Vigo. Conviene recordar que la estatua fue inaugurada en 1896 como reconocimiento a labor de Elduayen en favor de la ciudad de Vigo.
José de Elduayen (1823 – 1898), Marqués del Pazo de la Merced, fue un destacado personaje de la vida política española de finales del siglo XIX que propició la expansión de la ciudad de Vigo más allá de sus murallas, los rellenos que dieron lugar a los muelles y a la actual Alameda (Praza de Compostela), y, además, la llegada del ferrocarril a la ciudad, motivos de sobra para agradecérselo. Sin embargo, quizá porque la memoria colectiva —y en algunos casos la de algunas personas— es frágil, o porque existe una gran ignorancia sobre temas que deberían ser de obligado conocimiento, no se respetan los monumentos a quienes engrandecieron la ciudad.
El daño es notorio. Alguien rompió la cabeza de la serpiente de esa estatua que aparece en la fotografía y nadie se ha preocupado en reponer el destrozo, como si la rotura también formara parte del conjunto. Es preciso que la ciudadanía viguesa respete esos símbolos. Pero el Concello de la ciudad también debe —tiene— que cuidarlos, recuperarlos y reconstruirlos si fuera necesario, porque son patrimonio de la propia ciudad y también de toda la ciudadanía.