Lo contrario, sin duda, merece el castigo en forma de una fuerte multa disuasiva y ejemplar, porque perjudica a toda la ciudadanía y contribuye a dar una imagen de la ciudad que nadie desea. Sin embargo, mientras la Policía Municipal no asuma la vigilancia correspondiente, resultará muy fácil que los desaprensivos sigan aprovechando la ocasión para obviar algo que, además, es de sentido común y de buena educación. Mientras tanto, algún ciudadano que ya ha perdido la paciencia ha decidido pintar un aviso en el suelo recordando esa obligación que ahora comentamos.