«La ciudad comenta con desagrado un artículo aparecido el día 1º en «El Coruñés», donde se decía: «Parece que de los reconocimientos practicados en el Lazareto de San Simón, resulta demostrada la absoluta imposibilidad de que este edificio sirva para el objeto a que se halla destinado. En tal concepto, lo que ahora se procura es encontrar un local a propósito para la instalación de un nuevo Lazareto, con todas las condiciones que necesita esta clase de establecimientos.- Añadiremos que fuera de Galicia, ni puede ni debe buscarse el sitio. Las Islas de Tamba (sic) y Arousa son las que se presentan a discusión. Respecto a esta última el único inconveniente que hemos oído, le hallan las personas inteligentes, es hallarse demasiado poblada…” (Y así seguía el periódico pontificando, en ramplón estilo).
«Faro de Vigo» del día 6, recogiendo los comentarios de la calle y centros oficiales, que ocuparon la jornada del 5 en febriles explosiones verbales, dice: “Cansados de las cuestiones del Lazareto, hastiados de ese cólera morbo asiático, nos habíamos propuesto dar de mano a todo cuanto al uno y otro de estos objetos se refiere; hasta que, rotos los diques del sufrimiento, llevásemos nuestra voz a los pies del trono, y no esa voz aislada del hombre particular, sino el eco respetable de intereses lastimados, el acento de corporaciones dignas y autorizadas, si antes el Gobierno, conocedor de la verdad, no cortaba de raíz cuanto hay de punible en el asunto que nos ocupa.”
Y sigue el veterano en la demanda, para poner al descubierto maniobras y hablillas oficiosas, que hoy, a un siglo fecha, no resultan fáciles de comprender. Solamente sabemos que había un decidido interés por despojar a Vigo de aquel establecimiento, y sabemos también que la maniobra no prosperó, a pesar de tanto Tamba, tumba y taramba».
5 de abril de 1854. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Ediciones Monterrey, 1960).