Llega a mis manos el libro en formato digital “Distopías18”, escrito por Xurxo Rodríguez y editado por Gonzalo Álvarez. Se trata de un libro de obligada lectura para los amantes de la ciudad de Vigo y en él se habla de sus rincones, de su historia y de sus personajes, con algunas páginas dedicadas a la política y otras dedicadas a Fuerteventura, donde vivió el autor durante algún tiempo.
Conocí a Xurxo Rodríguez en el año 2011 por mediación del escritor y poeta Manuel Vidal Villaverde, cuando se celebró un acto de homenaje a su tío, el inolvidable profesor de matemáticas Rufo Pérez, fallecido un año antes. El homenaje tuvo lugar en el Paraninfo del Instituto Santa Irene, de Vigo, en el que Rufo Pérez había impartido clases de matemáticas a varias generaciones de vigueses. En aquel acto se formalizó de un modo más académico la propuesta que yo había realizado desde la columna de opinión que entonces tenía en Atlántico Diario, solicitando una calle para el profesor Rufo Pérez. Durante unos meses, Xurxo Rodríguez se ocupó personalmente de tocar todas las teclas adecuadas hasta que se consiguió que aquella iniciativa llegara a buen término. Hoy existe una parte del paseo junto al río Lagares, cuando atraviesa el parque de Castrelos, que lleva el nombre de “Paseo do profesor Rufo Pérez”, por donde él acostumbraba a pasear todos los días. Pero todo esto lo cuenta el propio Xurxo Rodríguez de un modo más pormenorizado en su libro.
Con el paso de los años tuvimos algunos contactos y descubrí que detrás de esa imagen discreta y respetuosa se esconde una persona de enorme cultura, un gran observador de la vida cotidiana, muy comprometido políticamente, discreto, y de trato muy agradable.
El libro “Distopías18” tiene algo más de trescientas páginas en las que reúne sus comentarios sobre veintiuna personas que él ha seleccionado poco a poco, comenzando por Leónides de Carlos y entre los que también están, por ejemplo, Suso Vaamonde, Xiao Roel y Adolfo Lareo, entre otros. Además, también incluye artículos sobre veintinueve lugares como el Paseo de Alfonso XII, la librería A Esmorga, el Toni’s, los tiempos del circo en la ciudad de Vigo, el Bayona, Casa Toribio, y muchos más hasta completar ese conjunto. Una mención aparte para Fuerteventura, donde vivió durante un tiempo y en donde promovió una asociación de hermanamiento con Galicia. Por último, otro apartado y no menos extenso dedicado a la política, en el que habla del 23F, de Ascón, de las autonomías versus autodeterminación, del asesinato de Trosky, y algún otro artículo con mucha ironía titulado La Corona, la TIA y el doctor Bacterio.
El estilo de Xurxo Rodríguez es claro y directo, haciendo uso de interesantes detalles en todas sus crónicas, tal como puede comprobarse en su blog Distopias18, que actualiza periódicamente. El número 18 tiene relación con su fecha de nacimiento, y lo de las distopías —que son lo contrario de las utopías— está vinculado con su enfoque de los temas que trata. Lo que resulta más anecdótico, yo diría que sorprendente, es que Xurxo Rodríguez escribe todos estos contenidos directamente en su teléfono, utilizando sólo dos dedos, y quizá sea eso lo que le permite meditar detenidamente cada una de las palabras y cada una de las frases para obtener un resultado final espectacular por su forma y por su contenido. Como digo, y sin temor a equivocarme, el libro “Distopias18” pertenece a la categoría de los imperdibles, con un trabajo de maquetación esmerado y que puede leerse gratuitamente tanto en tabletas electrónicas como en ordenadores o en smarphones.