Patricia Martínez de Vicente se encontraba de mudanza deshaciendo el piso familiar en el barrio madrileño de Chamberí, y mientras elegía de entre los enseres y papeles que había en la vivienda lo que debía tirar y lo que no, se encontró con un diario en cuya portada figuraba el año “1942”.
Al revisar el diario comprobó que la letra manuscrita y en inglés pertenecía a su padre, y correspondía a la época en que sus padres vivieron en Inglaterra entre 1942 y 1946. En ese momento Patricia dudó si seguir leyendo, su padre había fallecido hacía años y temió descubrir algún secreto inconfesable. Pero la curiosidad le pudo y continuó leyendo.
Lo que Patricia descubrió leyendo el libro le abrió las puertas para comenzar a investigar en los años sucesivos sobre la verdadera identidad de su padre. ¿Pero quién era realmente Eduardo Martínez Alonso? Eduardo Martínez Alonso había nacido en Vigo el 23 de mayo de 1903, hijo de madre cubana y padre uruguayo, ambos hijos de la emigración y de padres gallegos.
Su padre llegó a ser nombrado cónsul de Uruguay en Glasgow y Liverpool, por lo que Eduardo se crió con cánones británicos y se desenvolvía en inglés y español indistintamente. Según su hija Patricia, su padre “sentía en inglés y disfrutaba en español”.
Para Eduardo la guerra civil fue una odisea ya que ejerció como médico en ambos bandos, al final de la cual se instala en Madrid para ejercer su profesión, concretamente como médico de la embajada madrileña de Su Graciosa Majestad. En enero de 1942 se casa con su novia Ramona de Vicente y en el viaje de novios se van a Londres vía Lisboa.
Efectivamente Eduardo Martínez pertenecía al servicio secreto británico, como años después descubrió su hija Patricia y con ayuda de otras personas ayudó a huir a cientos de europeos, judíos o no, a través de Portugal camino de Inglaterra.
Para ello Eduardo se ayudó de su amiga Margarita Taylor, una irlandesa que regentaba el mejor salón de té de Madrid, el “Embassy”, situado muy cerca de la embajada británica. Las personas refugiadas eran llevadas al piso superior sobre el “Embassy” y después de asearse y recuperarse, eran bajadas al local y entre Eduardo y un grupo de amigos eran conducidos hasta un automóvil con matrícula diplomática camino de Lisboa.
Pero esta actividad le proporcionó la atención de agentes de la Gestapo, por lo que Eduardo y Ramona debieron huir a Inglaterra aprovechando su viaje de novios.
En Inglaterra la pareja debió pasar una buena parte de la contienda mundial hasta que en 1946 pudieron volver a España. Se instalaron de nuevo en Madrid donde vivieron rodeados de sus buenos amigos españoles y británicos.
Eduardo Martínez Alonso fallecería en Madrid en 1972. Su hija Patricia recogería todas estas vivencias de su padre en los libros «Embassy y la inteligencia de Mambrú» , editado por Ed. Velecio en 2003; «La clave Embassy», editado por La Esfera de los libros en 2010, y «Paso doble», editado por Createspace en 2012.
En mi opinión «La clave Embassy» es un libro que todo vigués debiera haber leído. A mí me parece una obra de lo más interesante y lamento que no la lleven al cine.
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