Las manifestaciones de amor son de lo más variadas y las más tradicionales suelen dejarse normalmente en la corteza de los árboles, en su parte exterior. Sin embargo, hemos encontrado una excepción romántica. Este árbol centenario de enorme tronco que se observa en la fotografía está ubicado en uno de los parques más singulares de la ciudad de Vigo, en el parque de Castrelos. Algún amante ha dejado la impronta de su sentimiento mediante una pintada en la parte interior, en ese hueco que bien podría haber sido el nido de una relación en la que se prometieron amor eterno, una amor duradero hasta que el paso del tiempo o las circunstancias se encargaran de demostrar que casi todo es efímero. Cabría preguntarse si ese amor ha sido correspondido y, en ese caso, si esa pareja todavía sigue tan unida y si acude, siquiera de vez en cuando, a recordar esos momentos.