La empresa nació en los años 40 a imitación de la donostiarra Pysbe. El organigrama de la empresa Copiba estaba formado por Rafael Portanet Suárez como presidente (foto abajo derecha), el gerente sería su hermano Fernando Portanet Suárez y el secretario, Luis Suárez Llanos.
Copiba poseía cuatro barcos tipo bou de 600 Tm. de carga cada uno, cuyos nombres eran: «Puerto de Navacerrada», «Puerto de Fontefría», «Puerto de Bonaigua» y «Federico Heredia», que fueron construidos en las instalaciones de Hijos de J. Barreras en Vigo.
La Pysbe (Pesquerías y Secaderos del Bacalao de España) fue la primera empresa bacalade-ra española. Nació en 1926 cuando España necesitaba importar bacalao de Portugal, Francia, Inglaterra o Islandia que eran los países proveedores de esta especie.
Desde hacía años se venía pensando en que había que enviar barcos españoles a los grandes bancos del norte, para evitar gastar una buena cantidad de divisas en dichas importaciones. De hecho, el bacalao en esa época constituía una fuente de proteína barata que podía llevarse hasta cualquier punto de España, por tratarse de un producto salado y seco que se conservaba fácilmente.
Por esa razón en 1926 un grupo de industriales vascos se reúnen en San Sebastián, para fundar una sociedad que se dedicaría a la pesca industrial del bacalao. Tendrá su base en Pasajes y en Ferrol. Esta empresa estaría apoyada por el Estado a base de créditos blandos.
Esto facilitaría que nacieran de esta forma otras empresas para el mismo tipo de pesca, como Pebsa (Pesquerias Españolas del Bacalao S.A.) en 1942, con sede en A Coruña y Copiba en 1944, en Vigo, si bien estas dos compañías nunca serían tan importantes en pesca y facturación como la empresa donostiarra.
Sistemas de pesca del bacalao
El sistema que tuvo más éxito durante décadas fue la pesca con doris (o dorys), que eran pequeñas embarcaciones de hasta 4 metros de eslora, con bañera poco profunda, estables y con buena navegabilidad y que podían llevar una pequeña vela. El marinero largaba veinticuatro palangres de más de cien metros cada uno.
Pesca con dorys.
Las embarcaciones eran ligeras, fáciles de izar a bordo y ocupaban poco espacio porque encajaban unas en otras. Un barco de aquella época podia llevar más de 20 doris. Este tipo de pesca está muy bien reflejada en la película «Capitanes intrépidos», dirigida por Victor Fleming en 1937.
La pesca con bous
Los bous que iban a Terranova se utilizaron en la pesca del bacalao desde la década de 1940 hasta los años 70 del pasado siglo. Eran barcos de arrastre, abiertos con poco francobordo y el trabajo de procesado del bacalao por parte de la marinería se hacía a la intemperie. La cubierta era barrida frecuentemente por el mar y la temperatura en aquella zona en los meses de invierno podían llegar a los 18 o 20ºC bajo cero.
El trabajo en buques de la coruñesa Pebsa se organizaba en turnos de 12 horas de trabajo repartidas en dos turnos de seis. Cuando venía mucho pescado el turno se podía aumentar hasta las 12 horas. La tripulación estaba formada por un capitán de la marina mercante, 2 oficiales de cubierta, 1 agregado, 1 telegrafista, 1 practicante, 1 jefe redero y 2 ayudantes, 2 contramaestres, 1 jefe salador y dos ayudantes.
El resto eran cortadores, abridores y lavadores hasta completar una tripulación de unos 80 hombres. La cocina o fonda estaba formada por 2 cocineros, panadero, marmitón y un camarero. En la sala de máquinas trabajaban 1 jefe, 2 oficiales maquinistas, caldereta, electricista y engrasadores.
Procesado el pescado en cubierta.
El tiempo de arrastre de cada lance variaba según la cantidad de pescado encontrado, podía oscilar entre 30 minutos y 6 horas. Con el pescado en cubierta, se volvía a largar el aparejo para un nuevo lance.
Con el pescado en cubierta entraban en faena los abridores, que abrían el pescado que le pasaban los tronchadores que descabezaban el pescado. Luego los limpiadores extraían las vísceras que eran arrojadas al mar, salvo el hígado que era una parte valiosa que se utilizaba para elaborar aceite.
Bacaladero «Brisa».
El pescado era lavado en grandes tinas de madera y mediante cestos era enviado a la bodega a través de la escotilla, donde los saladores lo estibaban convenientemente, trabajo delicado porque la cantidad de sal debía ser la correcta. La carga de los bous podía llegar hasta las 1.200 Tm de bacalao “verde” en una campaña de 5-6 meses. Se solían hacer dos campañas al año.
La pesca en pareja
A partir de 1950 los armadores que tenían barcos que pescaban la merluza en las costas de Francia y Gran Sol vieron reducirse sus rendimientos, por lo que decidieron ir tambien a Terranova a la pesca del bacalao.
Eran barcos de entre 70 y 90 Tm. de carga donde el pescado se clasificaba en la cubierta y se estibaba con hielo en la bodega. En los años 50 la merluza cae de precio debido a la explotación del recurso por gran número de barcos. De ahí que muchos de estos buques pesqueros decidieran cambiar la merluza en fresco por el bacalao salado.
Trabajadoras en Copiba.
El bacalao una vez llegado a puerto se vendía a los secaderos por parte de los armadores, según precios establecidos por tamaños. Se solía comprar toda la carga de la pareja.
El sistema de la pareja es la pesca por arrastre con los dos barcos a la vez, con lo que se consigue un gran esfuerzo pesquero y una gran cantidad de pesca. Este sistema con los años acabaría con los grandes caladeros de Terranova. Las capturas solían ser de varias toneladas con cada lance, realizando uno o dos lances al dia.
Las descargas
Las descargas de bacalao de Pysbe se hacían en Pasajes de San Juan y en Ferrol por parte de la compañía, Pebsa lo hacía en A Coruña y Copiba descargaba sus capturas en sus instalaciones de Chapela en la ría de Vigo, que hoy pertenecen a la empresa Pescanova.
La nave, en construcción.
El bacalao una vez descargado, se clasificaba y pasaba a las cámaras frigoríficas de las que pasaría al lavadero, para retirarle cualquier resto de sangre y posteriormente se le extraía el agua mediante túneles de secado. Una vez seco se volvía a clasificar mediante una escala establecida y se envasaba en cajas, sacos o fardos para su posterior comercialización.
El salario
El salario consistía en un sueldo base y la prima de pesca, que se calculaba sobre el peso y la calidad del pescado descargado. Según marineros que trabajaron en los bacaladeros, el sueldo base era más alto que la media y con el plus de la prima de pesca se redondeaba un buen salario. La prima de pesca era un porcentaje sobre tonelada extraída y que en diferente proporción remuneraba a toda la tripulación.
En los años cincuenta no existía demasiado trabajo en España, por eso había muchos marineros interesados en trabajar en estas empresas, por lo que debían aportar un certificado de buena conducta o ser recomendados por alguien. Hay que precisar que el salario fijo era bastante superior al que obtenían los marineros del Gran Sol.
Terranova y St. Pierre et Miquelon
Era en los puerto de St. John´s (Terranova) y el de St. Pierre (en el archipiélago vecino de St. Pierre et Miquelon) donde atracaban los barcos bacaladeros españoles cuando lo necesitaban. Los barcos entraban en puerto para hacer reparaciones y limpiezas de motor durante un par de días, lo que aprovechaba la tripulación para bajar a tierra, salvo el personal de la sala de máquinas que debia quedarse a trabajar a bordo.
Allí en el puerto de St. Pierre se oía hablar gallego con acento de A Coruña, Vigo, Ribeira, Vilagarcía, Boiro, Cangas o Bueu superando en número los marineros gallegos a los vascos, que habían sido los pioneros en la pesca del bacalao.
El colapso de una especie
Hoy creo que todos los investigadores están de acuerdo en que la sobrepesca de la especie ha sido el gran causante de la desaparición de los grandes bancos de bacalao de los caladeros de Terranova, Labrador y Nueva Escocia.
El arte del arrastre hizo posible explotar el recurso fuera de las zonas tradicionales de la pesca artesanal y además las máquinas permitían faenar a más profundidad de lo que se hacía anteriormente. Antes de 1945 los países que pescan en los caladeros de Terranova eran Inglaterra, Islandia, Francia y España pero terminada la 2ª Guerra Mundial, aumentan los paises que envían barcos a la zona.
Las toneladas de bacalao pescadas al año en el siglo XIX oscilaban entre 150.000 y 400.000. En esa época los marineros decían que en los caladeros de Terranova “hervían las aguas” debido a la gran cantidad de bacalaos que había en el mar. En 1950 se llega a las 900.000 toneladas y una década después ya nos situamos en los 2 millones de toneladas.
Entrada a Copiba.
En 1966 ya suenan las alarmas puesto que tanto en los grandes bancos como en la costa se nota que los adultos de gran tamaño están desapareciendo. Según estudios de investigadores canadienses los stocks de bacalao en los citados caladeros descendieron, desde 1886, un 96%.
El final
En 1977 Canadá decreta la Zona Exclusiva de las 200 millas lo que provocará que una buena parte de las parejas antes mencionadas se retiraran de estas aguas en los años 80. En el año 1992 se declara por parte del Gobierno de Canadá la moratoria para la pesca del bacalao.
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