Es el rincón de descanso de muchos trabajadores del puerto pesquero y también de muchos artistas, de personajes de la vida bohemia y de muchos noctámbulos que esperan pacientes el amanecer. Existe desde hace muchas décadas y ha sido testigo de numerosos encuentros y desencuentros, incluso forma parte del escenario de alguna novela de éxito. No es un local de lujo, pero se caracteriza por ofrecer comida sencilla de calidad casera, un auténtico lujo, aunque muchas personas se conforman con alguna copa o con el clásico café con gotas. Allí se dan cita gentes de todo tipo porque entre sus paredes no hay diferencias sociales. Todo el mundo debiera conocerlo. El Bar Das Almas Perdidas es un punto de encuentro que ya forma parte de la historia de la ciudad de Vigo.