En el año 2010, con motivo de la conmemoración del bicentenario de la ciudad de Vigo, tras la Reconquista a los franceses, se instaló una escultura de cinco metros de altura y con forma de olivo en la confluencia de la Rúa de Venezuela, la Avenida das Camelias y la Rúa do Marqués de Alcedo. Se trata de una rotonda en la que el agua debería fluir sobre unas placas de piedra y con el olivo metálico en su centro, con las ramas representando las parroquias de la ciudad.
El autor de la obra es el ponteareano Silverio Rivas, autor, también, de la Puerta del Atlántico, el gran monumento de piedra instalado en el centro de la Praza de América. El olivo del bicentenario es una obra singular, sin embargo, el monumento parece olvidado por el Concello porque hace mucho tiempo que no fluye el agua en su base, un circuito cerrado que no consume agua, pero que no está funcionando desde hace mucho tiempo, algo incomprensible. Un olvido imperdonable.