Se registra en este día otro episodio en la historia del filibusterismo vigués, que se ha vuelto a desarrollar al amparo de la nueva ruptura con Inglaterra. Disgustada ésta con la paz de Basilea, hizo víctima de su despecho a nuestra nación, circunstancia que aprovecharon Godoy y Carlos IV para firmar una alianza con el Directorio francés, acaso alimentando la esperanza de una restauración monárquica en aquel país. A la alianza de San Ildefonso, firmada el 18 de agosto de 1796, siguió la ruptura con Inglaterra, que tuvo lugar el 6 de octubre del mismo año.
Desde entonces se inicia una nueva actividad corsaria, por ambas partes, y no son los barcos gallegos los más reacios en acudir al arriesgado juego de toma y daca. En este 27 de junio el corsario de Vigo Santa Victoria, alias ‘Fortuna’, logra apresar en aguas de Portugal al carguero inglés ‘Friendship’, suceso que no tendría mucho de particular, como uno de tantos episodios de aquella pugna, sino fuese porque nuestro atrevido corsario únicamente iba artillado con un cañón y no contaba más que con una tripulación de veinticinco hombres. Sólo apoyados en una temeridad sin límites era posible ejercer el corso, a base de tan exiguo armamento y reducida gente. Mandaba el Fortuna el capitán José Maruri, de cuyas dotes personales nada nos cuentan los viejos papeles, pero es sencillo imaginarlas.
El carguero ‘Friendship’, al mando del capitán John Roberts, hacía el viaje de Liverpool a Oporto, con cargamento diverso, e iba artillado con 12 cañones, siendo su porte de 86 toneladas. Durante más de una hora mantuvo el Fortuna un desigual combate, con su único cañón frente a los doce enemigos, burlando en rápidas fintas el fuego del carguero. Al fin viendo que así le sería imposible hacer la presa, el arrojado capitán Maruri se lanzó al abordaje, con sus veinticinco hombres armados hasta los dientes. Ante aquella amenaza, la tripulación del barco inglés, que no tenía deseos de andar a cuchilladas, abandonó a su capitán y entregó la nave sin más lucha. Al amanecer del día siguiente hicieron ambas naves su entrada en Vigo, cuyos habitantes contemplaron pasmados el resultado de aquella lucha entre el enano y el gigante.
Por este tiempo los corsarios vigueses Protectora, Rayo y Ventura realizaron ocho presas inglesas, una de ellas una hermosa fragata con cargamento de 70.000 barriles de harina y 5.000 fanegas de trigo; el llamado ‘Ánima Sola’, propiedad de los comerciantes Rueda, Núñez y Compañía, apresó tres naves enemigas, con fardería y bacalao, y el Nuestra Señora del Rosario, alias ‘El Bolero’, capturó, después de una lucha muy accidentada, a la fragata ‘Mary’, con importante cargamento y el queche ‘Gosport’, según hemos relatado el 3 de febrero.
En el año 1799 los barcos corsarios de nuestro litoral trajeron a Vigo 21 ingleses apresados. En este mismo año el total de embarcaciones nacionales y extranjeras que aportaron a Vigo fue de 424, repartidas de este modo: 239 españolas (de las cuales 5 eran de guerra, 1 correo y 43 corsarios); 54 portuguesas de ellas 17 de guerra; 12 danesas, 9 suecas, 2 anglo-americanas; 4 de diversas banderas; las 21 apresadas por los nuestros y 27 corsarios aliados franceses, con 11 presas.
Vigo era ya un puerto cosmopolita, lleno de vida y colorido. El comercio de aquellas ricas mercancías proporcionaba a la villa animación y bienestar.
27 de junio de 1798. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).