No debe ser algo dramático. Más bien algo agradable. Y nos preguntamos cómo será su vida, la vida de alguien que no abre la ventana ni siquiera en un día brillante y soleado. Pero con tanta divagación no nos hemos dado cuenta de que se trata de un cabezudo. Un personaje que anima el ambiente cuando hace el pasacalles. Y llegamos a la conclusión de que sus propietarios lo han dejado apoyado contra la ventana para animar la vida cotidiana. Así de simple: un cabezudo en la ventana.