Sin embargo, el crecimiento urbanístico ha motivado el derribo de algunos edificios que hacían esquina entre la Rúa Ecuador y la Rúa Loriga, dejando al descubierto una gran parte de esa vía, dejando visibles los detalles que hasta la fecha se habían mantenido alejados de las miradas de quienes no se atrevían a pasar por el callejón.
Ahora ya se puede ver que no había nada diferente a otras calles, en todo caso, quizá se pueda intuir la existencia de algunos bares que hoy ya forman parte del los recuerdos más oscuros de la ciudad de Vigo.