El tema de los muertos siempre ha sido muy delicado en todas partes, sobre todo, en Galicia, donde las tradiciones coexisten con la realidad cotidiana. En Galicia se quiere y se venera a los muertos y siempre se espera un trato exquisito en el momento del velatorio, del entierro o de la incineración.
Hace años, antes de que existieran los tanatorios, cuando alguien fallecía se le velaba en casa y de allí se trasladaba al cementerio. Un verdadero trastorno, pues a la tristeza de perder un ser querido la casa se transformaba en incontrolada y llena de parientes, de amistades y también de algunos curiosos que la invadían como si fuera un campo de batalla. Así las cosas, ni la familia ni la persona muerta tenían descanso hasta que todo terminaba. En la ciudad de Vigo, la inauguración del tanatorio de Pereiró en 1991 constituyó un cambio en esas costumbres, porque a partir de entonces todo el proceso se realizaba en el tanatorio.
Del monopolio al nuevo tanatorio
Durante muchos años, el tanatorio de Pereiró constituyó un monopolio hasta el año 2002, cuando los recursos judiciales consiguieron romper totalmente aquella exclusividad propiciada por el propio Concello de la ciudad y se inauguró el nuevo tanatorio Vigo Memorial.
El tanatorio Vigo Memorial incluye unas instalaciones de más de quince mil metros cuadrados con zonas ajardinadas, aparcamientos, salas de velatorios, cafetería y restaurante, etc. Todo un lujo, modernidad y comodidad para afrontar el difícil momento de la despedida de los seres queridos, e incluye, además, el servicio de incineración que antaño sólo existía en ciudades como Madrid. Todo ello con un trato exquisito y muy profesional en todo momento.
Incineración en Vigo Memorial
Sobre la incineración circulan muchas dudas, bulos y preguntas sin responder. Por ejemplo, algunas personas creen, erróneamente, que para la incineración no es necesario el ataúd y que el cadáver se introduce en el horno directamente envuelto en un sudario o con su ropa. Totalmente falso. La incineración se lleva a cabo obligatoriamente con el ataúd, que se introduce en el horno mediante un mecanismo. La familia, si lo desea, puede contemplar ese proceso a través de un enorme cristal en una sala especial para las despedidas.
Otro bulo se refiere a las cenizas que luego se entregan a la familia. Algunas personas están en al creencia de que son la mezcla de varios cadáveres, eso es algo absolutamente falso. El proceso de incineración dura unas cuatro horas o incluso más, teniendo en cuenta el calentamiento del horno, que funciona con gasoil, el propio proceso de incineración, que se realiza a una temperatura que alcanza los mil doscientos grados centígrados, una temperatura a la que la madera del ataúd—que actualmente ya se fabrica con materiales ecológicos— se volatiliza y se va con los humos por la chimenea. Asimismo, el cuerpo se quema y las cenizas resultantes se recogen en la parte inferior.
Temperatura
Cuando el proceso de incineración se termina, al cabo de varias horas, el horno entra en un proceso de enfriamiento y no se puede abrir hasta que alcanza una temperatura determinada. Finalmente, las cenizas se recogen mediante una tolva en una bandeja y se introducen en un recipiente.
Si queda alguna prótesis metálica se retira y un molino de bolas completa, si fuera necesario, la homogenización de las cenizas, que finalmente se introducen en una urna —normalmente un tibor— y se etiquetan debidamente para ser entregadas a la familia con toda la profesionalidad que el momento requiere. Por lo tanto, cada fallecido tiene su proceso individual de cremación, que está totalmente automatizado, siendo prácticamente imposible la mezcla de cenizas.
Curiosamente, la normativa obliga a la retirada de los marcapasos, tanto en el caso de incineración como de enterramiento convencional. El motivo es la pila del aparato. La retirada del marcapasos conlleva la contratación de una persona licenciada en medicina que se encarga de ese proceso, un trámite del que también se encarga el tanatorio Vigo Memorial, pero que tiene, como es lógico, un coste adicional. Sin embargo, las prótesis que no llevan pilas son retiradas después del proceso de incineración.
Personalmente hemos podido constatar todo ello, además, el tanatorio Vigo Memorial es uno de los más modernos en instalaciones y su personal, tanto el personal técnico como el de administración y servicios, derrocha cariño y profesionalidad con nuestros seres queridos y con sus familiares, además de resolver todas las dudas que surgen durante el triste proceso de la despedida.