Era —y es, porque todavía existe— una bebida cítrica refrescante de naranja o de limón. Lo curioso, tal como se observa en esta fotografía tomada recientemente en una céntrica calle, es que el propietario de esta bicicleta ha aprovechado la caja de plástico para utilizarla como cestilla; una actitud que se podría calificar como ecológica, teniendo en cuenta el reciclado de los objetos; como un gran sentido práctico, al darle una nueva utilidad al recipiente; o como una muestra de fidelidad y admiración por una marca que ha refrescado y sigue refrescando familias enteras, generación tras generación, porque ya se sabe, “Beba Kas y nada más”.