El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y con tal motivo, ese día se convocaron dos manifestaciones en la ciudad de Vigo, las dos a distintas horas, pero con el mismo recorrido. Es preciso aclarar que esta división es absolutamente absurda y que ha sido motivada por el ansia de protagonismo del propio Concello de Vigo, hasta tal punto que la primera manifestación —-multitudinaria—- ni siquiera pudo hacer uso de la tarima preparada al final del recorrido en el cruce de la Rúa Colón con las calles Policarpo Sanz y García Barbón. Sea como fuere, quedó demostrada la representación de una gran parte de la población viguesa en contra de la violencia de género, con personas de todas las edades.
Sin embargo, debe resaltarse que entre las personas participantes resultaba muy curiosa la ausencia de chicos jóvenes (hombres jóvenes, para que quede más claro). Había numerosas chicas y mujeres de todas las edades, así como hombres de mediana edad e incluso de edad avanzada, y todo el mundo, al unísono, coreaba las consignas o, cuanto menos, se manifestaba en silencio por una causa que debe convertirse en un objetivo de nuestra sociedad: la eliminación absoluta de la violencia de género.
Es evidente que una de las mejores armas para combatir todas las variantes de este tipo de violencia es la educación desde edad temprana. Por desgracia, la ausencia de chicos jóvenes en estas manifestaciones, tal como hemos comentado, demuestra que entre ellos no existe conciencia de este problema social y que los chicos jóvenes carecen de un compromiso feminista. Es evidente que algo está fallando.