Antaño era un lugar que resultaba alejado del centro de la ciudad, pero las comunicaciones modernas y el desarrollo urbanístico lo han convertido en algo más cercano. Aquel cruce histórico de Os Lloróns se ha convertido en un cruce de vías principales, con un tráfico urbano muy intenso y muy concurrido por cientos de personas que se desplazan de un lado a otro en sus quehaceres diarios, y de otras que se acercan desde otros extremos para disfrutar del buen ambiente de las calles del entorno y de sus numerosos bares. De aquel pasado sólo queda, entre otros, el recuerdo de las pequeñas casas que delimitaban el cruce y cuyos solares ocupan ahora grandes edificios.