Comenzó siendo una pequeña ermita que se construyó a mediados del siglo XVI y posteriormente sufrió varias remodelaciones, hasta que a finales del siglo XVII fue reconstruida como la vemos en la actualidad. Como datos curiosos conviene destacar el cruceiro que existe a su lado, y que muchos estudiosos identifican como el origen del barrio marinero. Pero también existe un olivo centenario —300 años— mucho más antiguo que el que existe en el Paseo de Alfonso XII, en el centro de la ciudad, y que es el más longevo del municipio. Y en una pared lateral del templo existe una imagen policromada de San Miguel pisoteando al demonio, que puede apreciarse en la fotografía y que suele pasar inadvertida para la mayoría de los visitantes.