El Dinoseto y su cría ya son uno de los símbolos de la ciudad de Vigo. El asunto empezó siendo casi una broma y ahora no hay forastero que no quiera hacerse una fotografía con ellos. Cierto que por las circunstancias el turismo está en sus horas más bajas, sin embargo, pronto se remontará el bache y la ciudad volverá a llenarse de visitantes. El Dinoseto y su cría, de modo similar a las personas que hemos padecido el confinamiento, también han acusado una notoria falta de cuidado durante estos tiempos de pandemia, y los arbustos que los conforman habían llegado a deslucir su imagen con ramas que sobresalían más allá de la superficie de su cuerpo. Los humanos hemos tenido que acudir a la peluquería para cortarnos el pelo o para arreglar la barba, o para deshacer las “escaleras” de los que se atrevieron a emular una profesión que no es tan fácil como parece, y el Dinoseto y su cría también merecieron un excelente retoque de peluquería, ahora que pronto volverá el turismo.