Las obras de la Avenida de las Camelias, como las que también se están llevando a cabo en otras calles de Vigo, están resultando muy positivas para humanizar la calle y sus aledaños. Todo el mundo, sobre todo los vecinos, alaban los cambios y reconocen la consideración y el esfuerzo del equipo de gobierno municipal. Sin embargo, hay algunos fallos notables, como la cabina de la parada del autobús urbano colocada a poco más de un metro de la puerta de un establecimiento comercial del número 46, sin apenas sitio para circular los peatones, lo cual será aún peor en tiempo de lluvias. Otro fallo es la colocación de algunas jardineras tapando prácticamente el borde de las tapas de registro de distintos suministros; veremos qué ocurre cuando se presenten averías. Sin olvidar la organización del tráfico, que en determinados puntos está organizado por los propios obreros —cruce con la Rúa Romil y cruce con la Rúa Chile—. Pero lo del buzón de Correos supera lo inimaginable, y también lo que está detrás de la cámara: un armario de Correos de color verde en los que depositan las cartas para que las recojan lo carteros. El armario, con la base totalmente corroída, está colocado de cualquier manera sobre la acera. Son detalles que convendría evitar ahora que aún estamos a tiempo de hacerlo.