Vivimos en una época en la que la tecnología está al servicio del culto a la belleza, del hedonismo, del egocentrismo y del personalismo. La publicidad de todo tipo y, sobre todo, la televisión y las redes sociales de internet, contribuyen a establecer y difundir unos parámetros de la imagen personal ideal por encima de la realidad, de lo auténtico. Todo el mundo quiere ser más bello de lo que es, aunque lo importante no sea la belleza interior, sino la del exterior, lo que ven los demás. De este modo, las fotografías personales que luego se difunden por las redes venden nuestros deseos, más que la realidad. Pero son los tiempos que toca vivir y la ciudad de Vigo tampoco queda al margen de esa tendencia. En diferentes rincones estratégicos de la ciudad se han colocado instalaciones para que quienquiera pueda hacerse un selfie o una fotografía de recuerdo de las Navidades más luminosas hasta la fecha, porque para el próximo año todavía lucirán más brillantes y quizá todo el mundo consiga ser un poco más guapo, siquiera en las fotografías. Una buena idea para ir con los tiempos.