En septiembre de 1914, hacía escala en Vigo uno de los más grandes exploradores de la historia, el capitán Ernest Shackleton, famoso por su expedición antártica en la que sobrevivió junto a su tripulación tras dos años atrapado en los hielos en el barco “Endurance”. El aventurero se dirigía precisamente a esta campaña, que fue bautizada como Expedición Transantártica Imperial y que despertó una ilusión enorme en todo el mundo.
Un Shakleton emocionado recibió a la prensa viguesa a bordo del buque “El Uruguayo”, que lo trasladaba desde Inglaterra hasta Buenos Aires para iniciar su singladura. En un vapor que le precedía, viajaban 65 hombres, tres ‘aerotrineos’ y 97 perros.
Bajo el título “Explorador en Vigo”, el diario La Región dedica una amplia noticia a la escala de Shackleton en Vigo. El periódico reseña que viaja en el vapor “El Uruguayo” de la Compañía Anglo-Argentina, rumbo a Buenos Aires, donde reunirá a su expedición hacia el Polo Sur, donde acude por tercera vez, después de acompañar a Scott en 1901 y de realizar una nueva misión de 1907 a 1909 en la que descubrió el polo sur magnético.
Donación del rey Jorge V
“Ahora, después de que su antiguo jefe Scott halló la muerte en aquellas heladas regiones y de que el noruego Amudsen descubrió el Polo Sur, va allá otra vez Sir Ernest Shackleton al frente de la Expedición Transantártica Imperial”, afirma el periodista, que anota que la campaña costará una fortuna: 65.000 libras esterlinas, de las cuales 10.000 han sido donadas por el rey Jorge V y otras 24.000 por un magnate escocés. El grueso de la financiación se ha conseguido gracias a una suscripción popular, por lo que el Reino Unido vibra con el seguimiento de esta aventura.
Shackleton explica a la prensa viguesa que un total de 65 personas conforman la expedición. El grueso del personal, junto con 97 perros de tiro, van por delante, a bordo del vapor “La Negra”, que no ha hecho escala en Vigo.
Vigoroso y fornido
“En El Uruguayo sólo iba el capitán Shackleton, que es un hombre vigoroso y fornido, verdaderamente hercúleo”, señala el diario La Región, que añade que su rostro es “de una franqueza extraordinaria, denota una salud excelente y una satisfacción grandísima”. El cronista comparte el entusiasmo del explorador: “Cuando habla de la expedición, muestra un entusiasmo infantil, que le lleva a mostrar, entre otras cosas, los presentes que, para el peligroso viaje, le ha hecho la familia real británica». Entre ellos, está la bandera del Reino Unido, que espera ver ondear en el Polo Sur.
En Buenos Aires, le esperaba el Endurance y un buque auxiliar, el Aurora, con los que espera alcanzar la Antártida para el verano austral. Por su parte, el diario Faro de Vigo publicaba una noticia más extensa, titulada “Hacia el Polo Sur. Shackleton en Vigo”.
Expedición Discovery
En octubre de aquel mismo año de 1914, zarpaba Shakleton desde Argentina rumbo a la Antártida en el Endurance, con el objetivo de alcanzar el último logro: atravesar el continente helado pasando por el polo sur. El explorador era ya entonces un gran experto en este territorio inhóspito, pues había participado en 1901 en la primera expedición británica, la Discovery, comandada por Scott. Además, unos años antes, en 1907, había dirigido la expedición Nimrod, que se quedó apenas a unos 190 kilómetros del Polo Sur, después de hollar el polo sur magnético, hazaña por la que a su regreso a Londres fue nombrado ‘Sir’.
Desde su casa, supo del fracaso de la expedición de Scott y de la victoria del noruego Roald Amundsen al alcanzar el polo el 14 de diciembre de 1911, 35 días antes que el aventurero británico, quien falleció en el fallido intento. Por esta razón, Shakleton se mostraba eufórico con la Expedición Imperial Transantártica que le daba la oportunidad de hacer historia.
Atrapado en el hielo
Sin embargo, la mala suerte se cebó con el “Endurance”, que quedó atrapado en una banquisa de hielo que lo fue aplastando lentamente y lo terminó hundiendo. La pericia del capitán Shakleton permitió sobrevivir a todos los expedicionarios durante dos años en el continente helado y esta hazaña fue celebrada en Inglaterra, que consideró al expedicionario un héroe que todavía hoy en día es puesto como ejemplo de coraje y sentido común en el liderazgo.
Pero esta formidable aventura todavía estaba por ser vivida. Poco podía imaginar Shakleton que se dirigía a convertirse en una leyenda cuando hizo escala en el puerto de Vigo aquel día del otoño de 1914.
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