Ya conocen ustedes la poco edificante historia del mutis que, en 9 de junio de 1607, hizo la escuadra holandesa, después de amenazar a sangre y hierro la villa de Cangas. Veamos cómo la historia se repite.
Se hallaba nuestra costa bloqueada por la armada inglesa, cuando el 1º de julio de este año asomó por las Cíes una división de dicha flota, compuesta de dos navíos, tres fragatas y dos bergantines, mandada por el Comodoro Samuel Hood. En Vigo no había más fuerza naval que el navío «San Agustín» y el bergantín «Atocha», al mando de D. Juan Ruiz de Apodaca.
El Comodoro Hood requirió pluma y papel, y escribió (o mandó escribir, que ello no hace al caso): «A bordo del navío de «S.M.B. el Celoso», en la entrada de la ría de Vigo, a 1º de Julio de 1797. Señor: Antes que haga ninguna otra disposición para atacar las embarcaciones y el puerto de Vigo, la humanidad me incita a esperar que V.E. y el Comandante de los buques de S.M.C. en el puerto quieran prevenir las fatales consecuencias que pueden resultar al pueblo, entregando a las embarcaciones de S.M.B. el navío de línea de 74 cañones, el bergantín y los demás buques armados, lo que es el principal objeto de esta determinación. Una respuesta positiva y definitiva debe ser entregada a bordo del navío S.M.B. a las dos de la mañana, y espero que para este tiempo se le permitirá a mi Oficial volver a bordo; pues no puede concederse ninguna otra comunicación. Tengo el honor, etc.».
Apodaca llamó al Gobernador militar de la plaza y, ante el emisario inglés, dieron las órdenes del caso para aprestarse a la defensa de Vigo; las lanchas de pesca fueron armadas, la población movilizada, y la precaria artillería de los castillos puesta a punto. Con lo cual, a las dos de la mañana regresó, en efecto, el Oficial inglés, llevando por toda respuesta su informe de lo que había visto. No era mucho, ciertamente, pues nuestras fuerzas, pese al alarde desplegado, resultaban muy inferiores a las enemigas. Pero el Comodoro Hood consideró más cómodo retirarse, frente a la decisión de Apodaca, que no se apocaba. En la madrugada del día 2, la división inglesa volvió grupas y se retiró, sin gastar un adarme de pólvora.
2 de julio de 1797. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).