El Halo de Vigo avanza de día y de noche con el trabajo de un equipo de operarios especializados y la ayuda de enormes grúas, tal como puede observarse en estas fotografías. Los inconvenientes derivados del cierre del túnel de acceso a la autopista por la Rúa Lepanto y la salida por la Rúa Alfonso XIII pronto se verán recompensados.
Mientras tanto, la enorme estructura va tomando forma ante los ojos de numerosas personas que observan las maniobras desde el mirador del centro comercial Vialia. Sin embargo, nunca lloverá al gusto de todos y es probable que no estén conformes quienes hasta ahora disfrutan de las vistas desde esas torres que vemos al fondo.
De cualquier modo, la obra faraónica del Halo va camino de convertirse en otro símbolo de la ciudad de Vigo, otro motivo de atracción y admiración para nativos y foráneos.