En la ciudad de Vigo acaba de abrirse al público un monumento realmente singular que servirá como mirador sobre la propia ciudad y su ría, como elemento conector entre dos barrios a distinto nivel, e incluso como reclamo turístico. Se trata del llamado Halo, un colosal pasillo circular instalado a enorme altura y provisto de ascensores escondidos en el interior de sus columnas. Servirá para comunicar el centro Vialia con la Avenida García Barbón y su entorno, evitando una considerable distancia que hasta ahora sólo podía recorrerse a pie. Aparentemente rematado hace algún tiempo, nadie se explica que no se hubiera podido abrir al público mucho antes y, en cambio, se hayan elegido, precisamente, los días previos a las elecciones autonómicas; sin duda, no se trata de una simple casualidad.