Los pequeños pájaros resultan cercanos y entrañables, y muchos de ellos construyen sus nidos sobre vigas y salientes de las casas, sobre todo de casas antiguas, donde abundan los recovecos y las maderas comparten espacio con piedras trabajadas por las manos expertas de los canteros. Esa es, precisamente, la situación que se observa en esta fotografía en la que un pequeño pájaro descansa sobre una enorme columna de piedra que sujeta una estructura de madera. Las telas de araña ponen el punto de encanto y denotan el olvido en que ha quedado ese rincón discreto a la vista de los mortales, que el pájaro ha ocupado como vivienda resguardada de los vientos y de la lluvia invernal. Quizá sea, también, porque ese pajarito sea un auténtico amante del arte, seguramente mucho más sensible que la mayoría de los humanos.