Esta imagen traerá muy malos recuerdos a muchas personas. Hace unos años se desplomó durante una actuación multitudinaria en el puerto de Vigo, provocando numerosos heridos y un susto enorme. Luego de una prolongada disputa por las competencias sobre las responsabilidades y el mantenimiento de esa instalación portuaria se procedió, por fin, a la reparación del muelle, que ya luce en perfecto estado. Una de las lecciones que pueden extraerse de este accidente es la necesidad de colaboración entre las instituciones, con el servicio al ciudadano por encima de cualquier tipo de interés o desavenencia. Y otra, no menos importante, es la necesidad de realizar un mantenimiento preventivo de todas las infraestructuras, algo que no siempre se lleva a cabo y que después, tarde o temprano, tiene sus consecuencias. Porque lo importante no es inaugurar, sino también mantener en perfecto estado de uso.