Ella, por su parte, les corresponde con su cariño incondicional, como ocurre con todos los perros. En la fotografía aparece con unas gafas enormes, pero esas gafas no obedecen a ninguna enfermedad o padecimiento, siquiera transitorio, simplemente son un complemento de moda, porque los perros también están sujetos a los vaivenes de las tendencias, algo que se observa en los tipos y colores de arneses, en las correas, en piezas de ropa como abrigos, impermeables, gorras o botas para no mancharse las patas. Incluso ya existen coches similares a los de los bebés para transportarlos o para pasearlos, proporcionándoles la comodidad de observar el mundo desde una perspectiva cómoda y controlada. Pero ese no es el caso de Mamba, que disfruta directamente de su entorno correteando de un lado a otro, olisqueándolo todo, jugando con sus dueños y divirtiéndose con la visión del mundo a través de unas gafas que le dan esa imagen tan simpática que recuerda a la famosa perrita Laika, el primer ser vivo en orbitar nuestro planeta, en el año 1957.