Resulta muy llamativo el ver todos los carros de la compra esperando frente a las cajas, como en un aparcamiento. Pero los tiempos actuales son difíciles y llenar uno de esos carros no resulta barato. A pesar de ser muy comedidos en gastos es muy fácil superar los cincuenta euros al llegar a la caja, un gasto que no todo el mundo puede mantener.
Los precios de los productos alimentarios y de primera necesidad han subido tanto que en algunas casas se ven obligados a acudir a Cáritas, al Banco de Alimentos, o a los comedores sociales. La ciudad de Vigo tampoco queda al margen de esta situación. Es preciso que quienes puedan hacerlo ayuden de algún modo a las instituciones solidarias porque no todo el mundo tiene el privilegio de poder llenar el carro.