“¿Funicular al Castro? Un interesante proyecto del Ingeniero de Vías y Obras que despeja el enigma”. Así titulaba su reportaje el Anuario de Vigo de 1946, en el que se presentaban los planos de un tren con cable de acero que conectase con la cumbre del emblemático monte vigués.
“Desde hace gran número de años muchos artículos se han escrito sobre la necesidad de dotar al Castro, a esta maravillosa atalaya que por regalo de Dios tenemos en el centro mismo de la ciudad, de un sistema de accesos fáciles y económicos”, explica el artículo, que destaca que muchas veces se ha mencionado la idea de un funicular, aunque nunca ha habido planos concretos. «Hoy, gracias a Dios, hemos alcanzado ya un rayo de luz”, afirma el cronista, orgulloso de mostrar a sus lectores los diseños realizados por el ingeniero municipal, el señor López Jamar, quien “ha logrado la realización de un proyecto que además de solucionar la subida al parque, por medio del funicular, lleva la obra consigo la urbanización de ciertos lugares”.
Campo de Granada
La idea incluía la construcción de un nuevo palacio municipal sobre el castillo de San Sebastián, como finalmente se haría en los años 70 del siglo XX. Parte del trazado ferroviario sería subterráneo, para emerger en el Campo de Granada como aéreo, “por lo que presta al recorrido una emoción singular que nos recuerda a Julio Verne en sus fantásticas novelas proféticas que no tardaron en convertirse en realidades muchas de ellas”, afirma el periodista en 1946.
El recorrido comenzaría en la avenida de Cánovas del Castillo, partiendo de una estación subterránea bajo el mirador de la plaza de A Pedra. Siguiendo dos tramos subterráneos de un total de 400 metros de longitud, aparecería ante el castillo de San Sebastián “el tranvía monorraíl colgado, con tracción por cables”.
Proyecto avanzado
“En la estación de San Sebastián se pasará del carril a un cable portante siguiendo entre ramos aéreos, apoyados en dos postes, hasta la estación superior del Castro”, donde estarían situados los mecanismos de tracción y anclaje.
En conjunto, la obra diseñada discurría a lo largo de más de 800 metros. El proyecto estuvo tan avanzado que detallaba que tendría dos coches de 32 plazas cada uno, en movimiento alternativo, conectados por el mismo cable.
Ingeniero municipal
El periodista expresa su fe en el trabajo del ingeniero municipal, resaltando que el funicular será seguro: “Aún en el caso de rotura de cables, cosa que nos es probable suceda, ya que estos “avisan” su estado al alargarse, no pueden ocurrir accidentes, ya que si se rompe el cable tractor “automáticamente frenará el coche”.
El Anuario de Vigo destaca que la obra se planificó como una atracción turística, pero que nadie duda de que también servirá como “un transporte urbano popular entre zonas céntricas con grandes desniveles”. El presupuesto total de la obra estaba tasado en seis millones y medio de pesetas.
Parque Zoológico
Años más tarde, en 1949, el Centro de Iniciativas y Turismo que presidía Gerardo Campos intentó que el proyecto del ingeniero Antonio López Jamar se llevase a efecto, construyendo también un parque zoológico junto a la estación término del funicular en O Castro. Pero tampoco este nuevo impulso fructificó.
El proyecto de funicular regresó a Vigo en numerosas ocasiones más, incluso en el siglo XX. Pero tampoco por ahora entra en los planes del proyecto Vigo Vertical. Así que seguirá siendo un sueño que ya se imaginaba cuando el Ministerio de la Guerra cedió el monte de O Castro a la ciudad de Vigo en el lejano año de 1934.