“En Vigo capital: nubes y claros”. Hemos oído la expresión al hombre del tiempo, pero también a todo tipo de expertos: ‘Vigo capital’. Y no es el único error de geografía política que afecta a la ciudad. Muchos hablan de la ‘provincia de Vigo’ y otros se asombran de que sea la mayor ciudad de Galicia. La Wikipedia afirmaba en 2011 que Vigo era “la tercera ciudad más poblada de Portugal”. Y la primera edición del Trivial preguntaba: “¿En qué provincia está Vigo?” No pocos la localizaban en A Coruña.
Así que abunda el error geográfico con la ciudad olívica. Pero pocas veces ha adquirido la trascendencia que, en 1970, provocó un fallo en una pregunta del concurso más popular en TVE del momento: “Los hombres saben, los pueblos marchan”. Una respuesta relacionada con la ría de Vigo provocó un escándalo mediático, demandas en los tribunales y la anulación del programa.
El concurso, nacido un año antes, en febrero de 1969, quería ser moderno y ambicioso. Los concursantes se situaban en unas burbujas de plástico gigantes, que los aislaban del entorno. Y el decorado y los paneles estaban muy cuidados. Había una mesa llena de teléfonos de baquelita, en plan ‘call center’ antediluviano. Y resulta evidente que, con el título “Los hombres saben, los pueblos marchan”, era imposible ocultar que era un producto de la dictadura, genuinamente tardofranquista.
Terenci Moix, en su obra “El sadismo de nuestra infancia”, recordaba bien aquel concurso de preguntas y respuestas sobre la geografía provincial de la llamada “piel de toro”. “Este tipo de cultura, que todavía en 1970 ha dado un título a programa televisivo tan clarificador como Los hombres saben, los pueblos marchan, es, en otra escala, la que tuvimos en el colegio”, escribía Moix, que consideraba aquellos tiempos “la plena era del yermo”, para añadir que concursos como aquel suponían “la cultura administrada para los niños en las secciones de pasatiempos de nuestros tebeos de entonces; en resumen, una de tantas facetas del verdadero sadismo de nuestra infancia”.
Parece que no le gustaba al señor Moix el tufo a “régimen” que destilaba el programa. Pero lo cierto es que era un éxito de audiencia. Matizando, claro, que no había ninguna competencia a TVE. La oferta de los lunes era “Los hombres saben, los pueblos marchan” o nada.
El concurso seguía la línea de otros precedentes como “Danzas de España” y “La unión hace la fuerza”. Y su dinámica enfrentaba a concursantes que representaban “a las diversas regiones de la Patria”. Su lema era poner en valor “la rica variedad de nuestras provincias”.
Todo iba bien hasta el programa del 22 de marzo de 1970. Ese día, se enfrentaban “la señorita María-Luisa Crespo Arcilla, representante de Santander, y el señor Barrenechea, de la provincia de León”. El presentador, Joaquín Soler Serrano, planteó a pregunta definitiva: “¿Qué ríos forman la ría de Vigo?” Es una cuestión que, tal vez, algún vigués de hoy no sabría responder. Pero que se arriesgó el leonés y escribió “Verdug y Outabeud”. Los jueces se la dieron por válida.
Hay que decir que los guionistas del programa tenían poca idea de qué es una ría gallega. Porque no fueron ‘formadas por ríos’, sino que son valles que fueron inundados por la subida del nivel del mar. El Verdugo y el Oitavén desembocan en la ría, pero estrictamente no la excavaron de ninguna forma. En cualquier caso, su nombre tampoco es Verdug ni Outabeud.
Eliminada la señorita Crespo Arcilla, se montó un formidable guirigay con el programa. Y el padre de la concursante interpuso una demanda en los tribunales, aduciendo que la respuesta correcta era “Verdugo” y “Oitavén”. Nunca antes se había querellado un concursante contra TVE. “Deberán reconocer el mejor derecho de la señorita María Luisa Crespo, como representante de Santander, sobre el del concursante por la provincia de León, señor Barrenechea, descalificando a éste y sustituyéndole, en el pase a las semifinales de dicho programa, por la señorita María Luisa Crespo, con el resarcimiento de daños y perjuicios correspondientes que resulte en ejecución de sentencia, además de los intereses legales de dicha suma”, decía la demanda.
La cosa podría parecer más cómica que importante. Pero lo cierto es que la querella se convirtió en escándalo y noticia en todos los periódicos de España. La polémica llegó a lo más alto y el programa fue cancelado. No hubo más emisiones de “Los hombres saben, los pueblos marchan”.
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