La Rúa do Príncipe, una de las zonas comerciales más importantes de la ciudad más cosmopolita e industrial de Galicia, cobra más vida con el buen tiempo y los establecimientos se llenan de clientes. Las campañas turísticas hacen su efecto y el número de visitantes aumenta un año tras otro, lo cual constituye una fuente de riqueza importante para la hostelería y para el comercio. Vigo tiene numerosos atractivos que en la actualidad ya no se reducen sólo a su entorno, a sus montes y playas, como ocurría hace años, en la actualidad el atractivo también está en la propia ciudad, en sus calles, en su arte urbano, en sus parques, en sus museos… Ahora sería necesario pensar en una campaña para el turismo de invierno, cuando llueve, y sin ningún temor, porque la ciudad también tiene su encanto con las calles mojadas. Al fin y al cabo la insuperable gastronomía gallega sigue siendo la misma aunque llueva, y lo mismo ocurre con los museos y con el comercio… Vigo, con sol y con lluvia.