La ciudad de Vigo disfruta de un clima moderado casi todo el año, a pesar de la fama de lluvias y nieblas constantes. Este verano de 2020 ha sido muy caluroso y las inevitables mascarillas contra el Covid han contribuido a que resultara más incómodo. Han sido muchos días secos, calurosos, con una luz muy brillante en cielos despejados, y con unos atardeceres espectaculares.
En el momento de escribir estas lineas el termómetro indicaba treinta grados, con un sol implacable. No es extraño, por lo tanto, que esa chica utilice el paraguas para protegerse. Una utilidad muy inteligente para un artilugio que casi todo el mundo considera exclusivo del invierno y de la lluvia.