Un solo caso sería motivo de repulsa, pero, por desgracia, el contador se incrementaba constantemente y las cosas no parecen haber cambiado, a pesar de algunas medidas que se han puesto en marcha, pero que a todas luces resultan insuficientes. El mencionado contador desapareció sin ninguna explicación ni justificación, y en su lugar solamente queda un pequeño monolito que pasa totalmente inadvertido. Una vez más, desde aquí reclamamos la vuelta de aquel contador que dejaba constancia permanente de una violencia machista que no cesa y contra la que todos debemos luchar.