En los años 20 del siglo pasado Vigo ya disponía de un magnífico servicio de cercanías gracias al ferrocarril de vía estrecha, que nos acercaba a O Porriño por un lado y a Gondomar y Bayona por otro.
A comienzos del siglo XX muchos de los emigrantes que habían hecho fortuna en América volvían tras la pérdida de los últimos territorios de ultramar españoles como Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Así fueron llegando “indianos” como José García Barbón, Policarpo Sanz, Ramón Nieto o Tomás Alonso, que sentían la obligación de devolver a su tierra parte de lo que habían conseguido en su aventura americana, a través de inversiones en enseñanza, sanidad o cultura.
Esto debieron pensar dos emigrantes como Manuel Losada o Martín Echegaray, que habían logrado su fortuna en Argentina. Manuel Losada, natural de Gondomar, había venido a su tierra en 1906 y ya en ese viaje piensa en establecer una línea de tranvías, como los que había visto en Buenos Aires, entre Vigo y el Val Miñor.
Reunión en Toralla
Martin Echegaray Olañeta (imagen de la derecha), emigrante en Argentina de origen vasco, adquiere en 1910 la isla de Toralla, en donde pasaba con su familia la temporada de baños. El 11 de agosto de 1911 convoca allí a lo más granado de la sociedad industrial viguesa para tratar un tema del máximo interés para nuestra ciudad. El grupo embarca en el muelle de A Laxe en un vapor con destino a la isla de Toralla.
Viajan en el vapor Manuel Losada, Tomás Mirambell, presidente de la Cámara de Comercio; José Ramón Arbones, fundador del Banco de Vigo; Concepto López, director de Sanidad Marítima; Eladio de Lema, director del Faro de Vigo, y el ingeniero Ricardo Mella, entre otros.
La compañía belga concesionaria de las obras de la explotación parece que se retrajo ante ciertas dificultades principalmente financieras, por lo que en esta histórica reunión de Toralla los concurrentes acordaron adquirir los derechos de aquélla compañía, constituyéndose una sociedad por acciones. Las primeras acciones fueron suscritas sobre la marcha por los reunidos y los tranvías no tardarían en andar.
En la citada reunión Manuel Losada llevará la voz cantante y expone que la comarca de Vigo debe contar con un medio de transporte de viajeros moderno. Manifiesta su intención de suscribir acciones por valor de 200.000 pesetas, una verdadera fortuna de entonces. Al final de la reunión el capital reunido ascendia a la cantidad de 495.000 pesetas.
Prudencio Landín lo destaca en su crónica titulada “Una gira a Toralla y un día memorable para Vigo” en Faro de Vigo: «Losada planteó el problema del transporte en Vigo, dada su capacidad y su incremento constante, necesitaba cuanto antes un sistema de transporte dentro de su urbe. Y añadió dejando la copa y poniendo su mano derecha sobre la mesa: suscribo desde ahora con 200.000 pesetas. Le siguió Concepto López diciendo: y yo con otras 200.000. Levantóse Puig para decir: yo con 50.000…Y así algunos mas. Los ofrecimientos escuetos y viriles sonaban como monedas constantes y vertidas sobre la mesa del banquete”.
En la ciudad de Buenos Aires, Manuel Losada y Martín Echegaray, con la colaboración de la Unión Hispano-Americana Valle Miñor, promueven la suscripción de nuevas acciones para su proyecto, con la intención de obtener 3 millones de pesetas. El objetivo no se cumplió y reúnen 150.000 pesetas.
La sociedad queda constituida como Tranvías Eléctricos de Vigo, con objeto de la construcción, explotación y aprovechamiento del tranvía urbano y suburbano de Vigo, del interurbano de Vigo a Redondela y de los ferrocarriles eléctricos del Valle Miñor.
La primera asamblea de la sociedad se celebra el 1 de abril, siendo reelegidos los mismos consejeros antes citados y como Presidentes Honorarios Manuel Losada y Concepto López.
El tranvía por la ciudad
El dia 2 de junio de 1914 comenzó el período de pruebas del primer tranvía en nuestra ciudad, recorriendo las calles de Plaza de América, Paseo de Alfonso XII, Elduayen, Porta do Sol, Policarpo Sanz y Colón.
Javier Mosquera, en su articulo “Vigo en el recuerdo”, nos rememora que el paso de dos unidades del tranvía de Vigo en recorrido de pruebas por la ciudad, despertó el entusiasmo de los vigueses, hasta tal extremo que a lo largo de su recorrido se sucedieron las manifestaciones de júbilo en forma de bombas de palenque, vítores y aplausos. El 9 de agosto de 1914 quedará como la fecha en que quedó oficialmente inaugurado el servicio.
Línea Vigo-Ramallosa-Gondomar-Baiona
Como mencionamos unos párrafos atrás cuando se pensó en dotar de transporte urbano a Vigo mediante tranvías, en el mismo proyecto ya estaba incluida la línea que llegaría al Val Miñor.
Pero antes de este proyecto ya hubo otro anterior, promovido por Augusto Bárcena y Franco en 1883, con el que se pensaba unir Vigo y Baiona, no con tranvía sino con un ferrocarril de vapor. Su presupuesto se estableció en 99.962 pesetas para cubrir los gastos del Ferrocarril de vía estrecha y vapor de Vigo a Baiona. Pero Augusto Bárcena y Franco renunció a llevarlo a cabo.
Hubo un segundo proyecto presentado el 11 de agosto de 1893 conocido como Ferrocarril Económico de Vigo a La Ramallosa, redactado por José Vicente Núñez y Antonio Manterota, técnicos de Obras Públicas, formándose una sociedad que emitió 2.000 acciones de 500 pesetas nominales cada una. El coste del proyecto sería de 1.552.417 pesetas. (A la izquierda, un tranvía en A Ramallosa)
Un tercer proyecto fue presentado por el Banco de Vigo en 1901 bajo proyecto del ingeniero Ramiro Pascual con un coste de 2.699.372 pesetas, contando por primera vez en este caso, con tracción eléctrica.
Manuel Losada, presidente de Tranvías Eléctricos de Vigo, retomó el proyecto en 1917 para prolongar la línea desde la estación de A Florida hasta A Ramallosa y desde allí emitir dos ramales, uno a Baiona y otro a Gondomar.
Las obras de la nueva línea se encargaron a la compañía francesa Grands Reseaux Electriques de París. La línea que comunicaba Vigo con Baiona sería inaugurada el 3 de septiembre de 1926 y la línea hasta Gondomar lo haría el 28 de septiembre de ese mismo año. Para ello hubo que prolongar un ramal hasta la estación de A Florida y de ésta saldría un ferrocarril de vía estrecha hasta A Ramallosa, enlazando allí con dos líneas de tranvía, una a Baiona de 3,5 kilómetros y otra a Gondomar de 4,3 kilómetros.
El recorrido se prolongaba hasta 1 hora y 13 minutos para llegar a Baiona y 1 hora y 15 minutos hasta alcanzar Gondomar. La velocidad media era de 25 kms/hora la del ferrocarril y de 14 kms/hora la del tranvía.
El ferrocarril salía de la calle del Príncipe, frente al Palacio de Justicia y más tarde se trasladó a la calle Uruguay frente al Teatro Cine Fraga, según nos cuenta Francisco Pablos: «Allí, en un quiosco de periódicos, se despachaban los billetes. Después bajaba por Colón para iniciar el trayecto a La Ramallosa. Posteriormente, al suprimirse la circulación tranviaria por la calle del Príncipe, se efectuaba el recorrido por República Argentina, y al doblar hacia Uruguay, donde se establecieron oficinas y despacho de billetes, las dificultades para el giro eran enormes. Se precisaba mucha habilidad para el manejo de la manivela, y no pocos chorros de arena sobre los raíles para evitar patinazos y deslizamientos peligrosos».
El resto del trazado lo describe Ramón Sánchez Moreno Blanco: “Desde la estación de La Florida, el trazado seguía en paralelo a la carretera Vigo-Bayona. Más adelante se separaba de ésta acercándose a la costa, cruza el río Fos, desde donde sube al collado de Coruxo, para bajar al arroyo Molanes. Se ciñe al monte Verdial y ladera de Canido, pasando por San Miguel de Oya, bajando al arroyo Porto y sigue por Coba da Barxa, en la ladera de Fontán, cruzando el arroyo Caba. Corta la estribación de Prado y pasa, después de esta ladera, a la de Patos y Panjón. Entra en terrenos del Valle de Nigrán, cruza el río Canido y, por la ladera de Aréas, se aproxima al extremo de la playa de Panjón y llega a La Ramallosa».
Lo extraordinariamente poblado de esta zona justificó el elevado número de estaciones y apeaderos en los diecisiete Kilómetros de recorrido. Cinco estaciones como eran A Bouza, Coruxo, Canido (en la foto de la derecha), Panxón y A Ramallosa y ocho apeaderos: Xuncal, Molinos, Verdial, Hermida, San Miguel de Oia, Prado, Patos y Nigrán. Por fin, el tranvía Traviesas-Florida, el ferrocarril Florida-Ramallosa y el tranvía Ramallosa-Baiona, fueron librados al servicio público el 3 de septiembre de 1926 y el tranvía Ramallosa-Gondomar el 28 de septiembre del mismo año.
Fuente: 25 Empresas del Vigo de siempre. Ed. Cardeñoso.
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