«El Sr. Barreras es joven y entusiasta de las cosas de mar. Hace algunos años terminó con gran aprovechamiento la carrera de Ingeniero Industrial y puesto al frente de los negocios de su casa, consiguió acrecentarlos notablemente por medio de un trabajo constante, con el estudio de los modernos adelantos científicos y realizando frecuentes viajes por el extranjero. Une a su clara inteligencia, actividad asombrosa, trato ameno y modestia simpática en grado sumo. A todo esto es debido el mejoramiento observado en cuanto se refiere a la industria pesquera en Vigo: el aumento de sus flotas de vapores, el perfeccionamiento de las máquinas usadas en sus fábricas de salazón y conservas; los inventos modernos, algunos de ellos con patente propia, aplicados a esta industria, y por consecuencia la extensión notable del tráfico ocasionado por la misma. Honra a su patria por el trabajo y con el producto de él acrecienta los negocios, beneficiando a la clase obrera».
José Barreras Massó (imagen derecha) era hijo de Jose Barreras Casellas, industrial catalán que ya se había establecido en Vigo unos años antes y nieto de José Barreras de Faus, salazonero de Blanes que cambió la Costa Brava por la ría de Arosa en busca de abundancia de sardina.
Su padre José Barreras Casellas se establece en Vigo montando un negocio de efectos navales y tres fábricas de salazón. Además, se dedica al transporte de pescado prensado y otros productos hacia Canarias y de emigrantes hacia Cuba y Puerto Rico, con los tres veleros «Esperancita», «José Barreras» y «Nueva Barreras». Adquiere tres vapores en Inglaterra, «Primero», «Segundo» y «Tercer Barreras», de 500, 800 y 600 toneladas respectivamente.
El «Segundo Barreras» es construido en 1872 en Inglaterra, en los astilleros J&R Swan de Dumbarton, siendo propiedad de los armadores Mories, Monroe&Co de la misma localidad. En 1874 es adquirido por José Barreras, bautizándolo como «Segundo Barreras» y más tarde como «Julio». El casco era de hierro con 643 toneladas de registro bruto y motor de 90 caballos nominales. Se dedicó al cabotaje de altura nacional e internacional.
El 24 de octubre de 1889 fallecía José Barreras Casellas. Su viuda Esperanza Massó Ferrer continúa con los negocios de su marido junto con sus hijos Federico y José, que había cursados estudios de ingeniería.
Ambos hermanos fueron capaces de hacer crecer sus empresas y crear otras. De esta manera, en 1892 establecieron un taller mecánico con 12 trabajadores en la zona del Arenal, en el que se dedicaban al montaje de motores de vapor, adquiridos en Inglaterra en pequeños barcos dedicados a la pesca. Estos modelos de barcos tuvieron mucho éxito y se les terminaría conociendo como vapores “tipo Vigo”. La pesca con barcos de vapor era toda una revolúción pues hasta la fecha se hacía en embarcaciones de remo o a vela.
Vista del astillero en el año 1903.
En 1908, la viuda del fundador deja de pertenecer a la sociedad que ahora integran José, Julio y Fernando. Fernando Barreras Massó se pone al mando de la empresa. En este momento comienzan a fabricar calderas y motores para montar en los cascos de madera que ya construía el pequeño astillero.
Vapor “tipo Vigo”
Fue el primer gran éxito de la empresa. Eran embarcaciones de 12 metros que posteriormente llegaron hasta los 20 metros, que se construían en el pequeño varadero del Arenal y en los que se montaban el motor y la caldera de vapor que habían importado de Inglaterra.
Las famosas embarcaciones de vapor tipo «Vigo», utilizadas para pescar sardina.
El motor era de la marca Plenty&Son Ltd., con sistema “Compound” a condensación, con caldera de acero vertical, multitubular que desarrollaba una fuerza de 20 H.P., motor que permitía navegar al barco alcanzando hasta 8 nudos de velocidad. La línea era estilizada y facilitaba el desplazamiento
Se utilizaban para la pesca de sardina con el arte de cerco. Se construían entre 20 y 25 barcos al año. Entre 1892 y 1918 se construyeron alrededor de 400 barcos de vapor “tipo Vigo”.
La novedad es que la construcción se organizaba mediante una primitiva cadena de montaje, utilizando tres gradas al mismo tiempo, los barcos se botaban durante la pleamar y en un taller próximo se les instalaba la caldera y el motor. De esta forma cada 15 o 20 días un barco salía del astillero totalmente acabado (A la derecha, el astillero en 1905).
Una vez que el modelo se conoció en el mundo de la pesca comenzaron las peticiones de toda la costa española e incluso de otros países, por ejemplo Francia encargó la construcción de 20 unidades de guardapescas para la vigilancia costera. En la 1ª Guerra Mundial, Barreras tuvo encargos del vapor de países como Francia y Reino Unido para adaptarlos como dragaminas.
Estalla la guerra
El 28 de julio de 1914 estalla la Gran Guerra que habría de durar cuatro años. Esto supone una gran oportunidad para las empresas de los Barreras ya que hay más pedidos de buques, las conservas también se consumen más y el transporte marítimo se multiplica, por lo cual deciden adquirir el Mercurio de 4.000 toneladas en Inglaterra, y además construyen el «Venus», el «Minerva» y el barco de vela «Gelmírez».
Publicidad de la época.
El «Venus» y el «Minerva» eran dos vapores de madera de 300 Tm. de carga, desarrollaban una velocidad de 8 nudos y su armador era la Compañía Viguesa de Navegación. Pero estamos en 1919, el astillero se les ha quedado pequeño y deciden cambiar su ubicación y construir una gran factoría naval en Coia.
La postguerra trae a toda Europa unos años de declive económico y dificultades para las empresas. En Barreras nombran a José Barreras Massó como capitán de la compañía. La misma estaba considerada como sociedad regular colectiva que pasa a ser sociedad anónima, Hijos de J. Barreras, S.A. con un capital de 5.000.000 pesetas, sentándose en el consejo de administración, José, Julio, Federico y Fernando Barreras Massó.
En 1929 fallece uno de sus componentes, Federico Barreras Massó. En esos años continúa la época de crisis económica pero el sector pesquero viene a aliviar en parte el futuro de la empresa, ya que se construyen diversos barcos para la pesca en el caladero de Gran Sol en el oeste de Irlanda. En 1932 se abandona el vapor y se apuesta por el diesel.
Se amplía el capital de la empresa mediante obligaciones y créditos bancarios hasta un total de 4.000.000 de pesetas. Se construyen más pesqueros para faenar en Algeciras y salen motores diesel de la factoría Barreras gracias a la patente holandesa Werskpoor. Se inicia la construcción del buque petrolero «Campalans».
En 1936 comienza la Guerra Civil y la empresa dedica parte de sus instalaciones para producir material de guerra para el “bando nacional”, si bien no deja de construir barcos, entre otros el «Palmelense», un ferry encargado desde Portugal. Terminada la contienda se reactiva la construcción de barcos de pesca, no en madera sino en acero, y para ello se adquiere la exclusiva línea “Maier”.
Durante 1940 se construyeron 20 buques pesqueros que desplazaban 250 Tm. con motores Barreras-Workpoor de 330 H.P. Además, la empresa pública dedicada a la pesca del bacalao Copiba, con sede en Chapela, le encarga a Barreras la construcción de cuatro barcos bacaladeros de 1.700 Tm de desplazamiento, de este proyecto sale el “Standard-Barreras” de 1947.
El «Huesca», a punto de ser botado.
Estos proyectos de grandes buques obliga a la empresa a plantearse la construcción de nuevas gradas de grandes dimensiones para poder alojarlos. En 1949 se lanzó el Super-Standard-Barreras de 1949 para poder responder a la construcción de bacaladeros por parejas que operaban en Terranova, éste sería superado por el Super-Standard alargado 1950, con motor de 580 B.H.P. Esta curva de crecimiento culmina en 1950 con el encargo de dos buques tipo L de la Empresa Nacional Elcano, barcos mixtos de carga y pasaje con destino a la línea que opera con Guinea Occidental con 2.200 Tm. de desplazamiento. El «Huesca» y «Puerto de Huelva».
En 1950 se eleva el capital de la compañía hasta 30.000.000 de pesetas pudiéndose ampliar las instalaciones, ya que se construye una gran nave cubierta, con dos vías para la construcción simultánea de dos buques de hasta 1.000 Tm. También la sección de varadero ha sido dotada de tres vías para naves de distintos portes, una grada de 80 x 15 m. y dos más de 110 x 15. Se instalan dos grúas giratorias con 40 m. de altura y 35 m. de radio.
El «Puerto de Huelva», en su botadura.
Este año de 1950 se produce una gran pérdida ya que fallece el capitán de la empresa José Barreras Massó y al año siguiente fallece su hermano Julio. La presidencia es ocupada por Fernando Barreras Massó. La dirección de la factoría está representada por tres consejeros delegados, un director comercial y un director técnico. La plantilla asciende a 150 empleados y 1.200 operarios. La empresa Hijos de J. Barreras se ha caracterizado siempre por tener trabajadores de primer nivel con un gran nivel de especialización, convirtiéndose con el tiempo en una formidable escuela para que los empleados pudieran mejorar su nivel cualitativo en el trabajo.
Incendio
En 1959 se produjo un gran incendio que destruyó casi en su totalidad el edificio principal de la factoría que alojaba las oficinas y los archivos técnicos. Dada la gravedad del mismo se perdió una gran parte de la documentación histórica de la empresa.
Afortunadamente un año más tarde un edificio se erigía en el mismo lugar, construido en piedra y con un diseño moderno que ha dado lugar a unas instalaciones magníficas, que permitirán trabajar al personal de archivos y oficinas en las mejores condiciones.
Respecto a los archivos, se ha realizado una gran campaña de recuperación que ha permitido recuperar una gran parte de los mismos respecto a planos de cascos y motores.
Talleres de Barreras en los años 50.
Años 60
A comienzos de esta década se produce en la empresa un proceso de renovación y modernización en la construcción de buques pesqueros. Así, en estos años llegan encargos de proyectos de buques-factoría y buques de tipo congelador. De hecho, la empresa fue una de las protagonistas del boom pesquero que vive Vigo en esta época.
En estos años 60, del astillero tambien saldrán todo tipo de barcos como ferry-car, portacontenedores, buques ro-ro, quimiqueros, atuneros, buques frigoríficos, car-carrier y algún buque cablero. En cuantos a los motores, la compañía se ha dedicado a la fabricación del modelo Barreras-Werkspoor.
Reconversión de la empresa
En los años 70 es cuando se produce la crisis mundial debido a la subida de los precios del petróleo en 1973. Entonces la empresa tenía cerca de 2.000 trabajadores y de sus gradas habían salido unas mil quinientas embarcaciones.
En esos años la dirección de la empresa llega a un acuerdo con una empresa tejana para la construcción de una plataforma petrolífera. El trato económico se fijó en dólares, que en esa época sufrió una gran devaluación, mientras la empresa no había suscrito ninguna póliza de seguro de cambio, lo que supuso una gran pérdida económica para la compañía.
Plataforma petrolífera construida en Barreras.
La experiencia no fue suficiente y Barreras volvió a suscribir un contrato con otra empresa tejana para la construcción de una segunda plataforma. En 1976 se agrava la crisis de la empresa debido a que la familia Barreras no pudo hacer frente a las cargas derivadas de la construcción de las plataformas petrolíferas, por lo que el I.N.I. se hace cargo de la compañía para evitar la explosión social por el cierre de la misma.
El INI se hace cargo de la empresa
El I.N.I. había sido fundado por Juan Antonio Suanzes Fernández durante el período de la autarquía franquista (1939-59) bajo una ley del 25 de septiembre de 1941, inspirada por el propio jefe del Estado el General Franco, con el objetivo de promover la creación de nuevas empresas industriales y se planteó como un método seguro y activo de promover el desarrollo de la nación dentro de una visión autárquica de la economía.
El I.N.I. adoptó en Barreras políticas basadas en planes de jubilaciónes anticipadas y recolocación de trabajadores en otras empresas.
En estos momentos Barreras era un astillero dotado de talleres de reparación, fundición, tuberías y módulos, con capacidad para construir barcos de hasta diez mil toneladas. La división de motores del astillero se constituye como empresa aparte, conformando la compañía Motores Barreras Deutz con sede en O Porriño.
Privatización del astillero
En diciembre de 1997 el Gobierno autorizó la privatización del astillero Hijos de J. Barreras, a un grupo de empresas liderado por la naviera Odiel. Una vez privatizada la compañía comenzaría una época productiva en la que se construirán buques cada vez más grandes, como el «Volcán del Teide» (bajo estas líneas), que es botado en 2008. Pero a comienzos de 2011 la empresa reconoce una deuda de 74 millones de euros y en julio del mismo año la empresa entra en concurso de acreedores.
Pemex toma las riendas
En noviembre de 2013 la compañía mejicana PMI (filial de Pemex) firmó la adquisición del 51% del capital de la compañía viguesa. El primer consejo de administración de la nueva empresa se celebró el 16 de diciembre de 2013 en las instalaciones del astillero vigués.
Hoy en las gradas del astillero vigués se está construyendo un buque-hotel para la firma petrolera mejicana.
Fuente: 25 Empresas del Vigo de siempre. Ed. Cardeñoso.
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