Hugo Jaeger contaba 39 años cuando visitó la ciudad de Vigo, en mayo de 1939, para retratar el embarque en los muelles vigueses de la Legión Cóndor. Era la fuerza que Alemania había enviado en apoyo de los sublevados en la Guerra Civil. Jaeger era amigo personal de Adolf Hitler y uno de los primeros profesionales en el mundo en utilizar la fotografía en color, un adelanto que apasionaba al Führer porque con su realismo retrataba la apabullante parafernalia del III Reich.
Así que este fotógrafo tomó las primeras imágenes de un Vigo en color, aunque fuese para captar uno de los momentos más grises de la historia de la humanidad, a escasos meses del comienzo de la II Guerra Mundial.
Fotógrafo de Hitler
Jaeger era en 1939 fotógrafo personal de Adolf Hitler con quien había viajado en los años previos, tomando más de dos mil fotografías en color del dictador alemán. Algunas de estas imágenes se han convertido hoy en icónicas de aquella época como la que muestra al Führer saludando a las tropas alemanas en Adolf Hitler Platz el 1 de septiembre de 1938. O en la que asiste a una fiesta de Navidad en 1941. O en la Exposición Internacional del Automóvil celebrada en Berlín en 1939, o embarcado en un crucero ese mismo año.
Destrucción de Varsovia
Durante la guerra, Jaeger hizo fotos en Polonia, captando la destrucción de Varsovia o el propio gueto, donde retrata incluso sonriendo, y con una especie de intención artística indescriptible, a personas que están a punto de morir. Años después, manifestó que no era especialmente consciente del genocidio que se estaba cometiendo con el pueblo judío, representado en aquellas personas que fotografiaba. Esas fotos, como muestra de la “banalidad del mal” que luego describiría Hannah Arendt, llevan directamente hacia el horror.
Legión Cóndor en Vigo
Pero antes de la guerra, ya Hugo Jaeger despuntaba con sus retratos en Vigo el 26 de mayo de 1939, cuando el ejército de Adolf Hitler hizo en la ciudad olívica una demostración internacional de fuerza con la despedida de la Legión Cóndor, la fuerza enviada por Alemania en apoyo a la insurrección del general Franco. Durante la Guerra Civil, aportaron su fuerza aérea a los sublevados, participando en abril de 1937 en el bombardeo de Guernica, la primera ocasión en la historia en que la aviación atacó a población civil.
El 23 de mayo, llegan a Vigo cinco trasatlánticos germanos para trasladar a las tropas. Se trata de los cruceros Robert Ley, Wilhel Gustloss, Der Deutsche, Sierra Córdoba y Stuttgart. Los dos últimos atracan en los muelles mientras que los otros tres fondean en medio de la ría. El Stuttgart desembarca material quirúrgico y medicamentos, regalo del Führer al Caudillo. También trae 600 toneladas de harina como obsequio al Auxilio Social.
La prensa del momento canta las grandezas de la flota de transporte del Reich: “Estos buques pertenecen a la Asociación del Frente del Trabajo, denominada ‘La Fuerza por la Alegría’, merced a la cual y mediante una módica cuota, pueden efectuar los obreros alemanes frecuentes viajes marítimos por todo el Continente, aprovechando las vacaciones”. En apenas unos meses, serán las tropas de la Wehrmacht las que ‘viajarán’ por toda Europa, desde los Pirineos a los Urales.
En la noche del 23 de mayo sucesivos trenes comienzan a desembarcar en la estación de ferrocarril a las fuerzas nazis, comandadas por el Barón Richthofen, que era primo del Barón Rojo, el célebre piloto alemán de la I Guerra Mundial. Richthofen era, además, amigo personal del Mariscal del Reich, Hermann Goering.
Mientras van llegando los más de seis mil soldados alemanas, repartidos en diez trenes, se suceden en Vigo los festejos, con homenajes a Franco y al general Antonio Aranda, al que se nombra hijo adoptivo de la ciudad.
Desfile por el centro de Vigo
El jueves 25 de mayo se celebra el acto principal de despedida de los escuadrones Cóndor, con un desfile por el centro de Vigo en el que marchan los seis mil soldados de la Wehrmacht y de la Luftaffe, desde la calle Urzaiz hasta el Paseo de Alfonso.
“Al paso de los voluntarios alemanes por las calles viguesas –relata una crónica local- el público les hacía objeto de grandes muestras de afecto, aplaudiéndoles con entusiasmo, vitoreando repetidamente a Alemania y a su Caudillo Hitler”.
Miles de ciudadanos llenaron las calles y acudieron al puerto a despedir a las tropas nazis. Y el alcalde Suárez Llanos enviaba “afectuosos y fraternales saludos de Vigo al Führer”. En justa correspondencia, el alcalde recibía de Von Richthofen un retrato de Adolf Hitler, enviado expresamente por Hermann Goering como regalo a la ciudad. No se conoce el paradero de esta obra.
Elogios
Mientras tanto, los diarios no escatimaban elogios. Algunos redactores parecían entrar en trance: “Bajo la suprema y providencial inteligencia del Caudillo Franco, salvó a España, a Europa y a la Civilización de la destrucción y de la muerte”, afirma la prensa sobre el general Aranda.
Cuando los legionarios Cóndor van embarcando, los vapores pesqueros de la ría salen a saludarlos, haciendo sonar sus bocinas. En la Filmoteca de Alemania en Berlín se conserva metraje sobre esta despedida, así como de la colosal recepción de los soldados alemanes en Hamburgo. También hay imágenes de Pacheco, que conserva el Concello de Vigo. Y, sobre todo, algunas de las primeras fotografías en color tomadas en Galicia, que fueron hechas por Hugo Jaeger, fotógrafo personal de Adolf Hitler.
Vendidas a Life
Estas imágenes se salvaron porque, a la entrada de los aliados en Berlín, primero los soviéticos y luego los llegados desde el frente oeste, Hugo Jaeger metió sus fotografías en tarros de cristal y las enterró a las afueras de la ciudad. Muchos años más tarde regresó, rescató los negativos y finalmente los vendió por una cantidad no revelada a la revista Life en el año 1965.
Jaeger murió en 1970. Y Life rescató las imágenes que había comprado, y que permanecían en sus archivos, en un especial sobre el 70 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial, en el año 2009. La publicación causó una gran conmoción por su inmenso valor documental. Y, entre aquellas fotografías, estaban las de las tropas nazis en Vigo en 1939, en las que tal vez sean las primeras imágenes en color de la ciudad.
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