El Camiño da Seara, en la ciudad de Vigo, es una zona pendiente de desarrollar urbanísticamente. Precisamente allí existen enormes solares a la espera de su oportunidad urbanística. Algunas de las antiguas fincas se transformaron en solares y otras aún permanecen como tales. Una de esas fincas fue antaño una granja con vaquería que vendía leche a los vecinos y ahora sólo queda una de las casas del conjunto, prácticamente en ruinas.
La fuente que lleva el nombre del camino, Fonte da Seara, tenía un agua muy apreciada y, a principios del siglo XX, cuando las casas aún no disponían de la comodidad del agua corriente, se recogía en baldes y otros recipientes para el consumo y el aseo personal.
En épocas mucho más actuales y recientes, en el primer tramo del camino que aquí se muestra en la fotografía, existían dos establecimientos hosteleros muy conocidos en el barrio de As Travesas: O Buraquiño, ya desaparecido, y Danubio, que todavía permanece abierto al público, sin olvidar que un poco más a la derecha de la imagen también existía una carnicería que cerró sus puertas hace años. Son parte de los pequeños recuerdos de una ciudad que va cambiando a medida que va creciendo.