Las luces de Vigo brillan más allá de los confines del área metropolitana, de Galicia e incluso de España. MIes de personas se desplazan automóviles particulares y en autobuses para disfrutar del espectáculo de la ciudad iluminada. El reclamo de las luces de Vigo es un éxito sin precedentes. El centro de la ciudad está lleno de gente de todas las edades y procedencias; está intransitable.
Sin embargo, existen otros rincones más tranquilos en los que la vida urbana transcurre apacible y alejada del bullicio. Ahí tenemos esta cafetería de una calle un poco alejada del centro turístico. Un cliente lee relajadamente la prensa mientras la camarera aprovecha para tareas de limpieza y mantenimiento, es la imagen del Vigo tranquilo, el que contrasta con las aglomeraciones de la Alameda, de la Noria, de la Rúa Urzaiz o de la Rúa do Príncipe. Esto también es Vigo.