El Paseo de Alfonso XII, en la ciudad de Vigo, constituye un mirador incomparable y de gran importancia histórica, con una barandilla artística en la que se destacan unas farolas y unas estatuas de gran belleza. Todo ello debe mantenerse en perfectas condiciones cuando en su día se realicen las esperadas obras de remodelación del paseo. Pero tampoco se puede olvidar el famoso quiosco que muestra la fotografía, una instalación que antaño estaba en el medio del paseo y que funcionaba como un puesto de prensa y revistas, cuando aún circulaban los tranvías. Luego, se desplazó a un lateral del paseo, donde está ubicado en la actualidad, pero entonces ya no servía para ni para quiosco ni para otras finalidades porque con la lluvia le entraba el agua, puesto que no se respetó la altura del zócalo sobre el que originalmente iba montado. Todo esto debería respetarse y conservarse adecuadamente como patrimonio de la ciudad.