Pero los perdedores siempre llevan la peor parte, y si la propia guerra fue sanguinaria, la posguerra no fue menos agresiva. Muchas personas perdieron la vida como consecuencia de venganzas y de rivalidades. El número de historias de este tipo es muy elevado.
Del final de la guerra ya han transcurrido ochenta años, pero los restos de muchas personas ajusticiadas aún permanecen en lugares desconocidos o bajo tierra, sin identificar. Este humilde monolito que muestra la fotografía recuerda a un grupo de fusilados durante el comienzo de la guerra de España que comenzó en 1936 y finalizó en 1939.
El monumento está ubicado en la playa de As Fontes, en la ciudad de Vigo, un lugar tranquilo y muy frecuentado, sobre todo en verano. Pero si el enfrentamiento bélico y sus consecuencias resultan muy tristes para todos, no es menos triste que quienes hoy pasan frente a esa placa que muestra la fotografía no reparen en ella y en lo que significa, sean quienes hayan sido las víctimas.