Y después del temporal siempre viene la calma, siquiera durante el tiempo suficiente para restaurar los desperfectos y para que los más pequeños aprovechen para dar rienda suelta a su imaginación construyendo figuras como la que muestra la fotografía, que ha sido tomada en la mañana del domingo en la Praza da Miñoca, de Vigo, y que han hecho llegar a la redacción de VIGOÉ.